En medio de este contexto, un nombre resuena con fuerza: Adam Silver, comisionado de la NBA. Silver, en una entrevista reciente en The Dan Patrick Show, ha desatado un debate que podría cambiar la faz del baloncesto profesional como lo conocemos. Sus declaraciones, en apariencia casuales, han generado un terremoto en el mundo de la NBA.
Silver ha expresado su preferencia por acortar la duración de los partidos de la NBA, pasando de los actuales 48 minutos a 40 minutos, divididos en cuatro cuartos de 10 minutos cada uno. "A medida que nos involucramos más en el baloncesto mundial, la NBA es la única liga que juega 48 minutos," afirmó Silver, señalando que un partido de dos horas se adapta mejor a los hábitos de consumo televisivo modernos. Actualmente, los partidos de la NBA tienen una duración promedio de 2 horas y 16 minutos, prácticamente sin cambios en las últimas 15 temporadas.
Esta propuesta, sin embargo, no ha sido recibida con los brazos abiertos por todos. Entrenadores como Tom Thibodeau de los Knicks, y Michael Malone de los Nuggets, han expresado su preocupación. Thibodeau, un tradicionalista, ha argumentado que el cambio afectaría la posibilidad de romper récords históricos de la liga. "Soy más un tipo tradicional, así que odiaría ver eso," declaró Thibodeau. Malone, por su parte, reconoció la necesidad de la NBA de adaptarse, pero advirtió contra el riesgo de sacrificar la esencia del juego en pos de la audiencia: "Espero que no nos convirtamos en Barnum y Bailey..."
Las implicaciones de este cambio potencial son vastas. Se afectaría la estadística de los jugadores, la relevancia de los jugadores suplentes podría disminuir y, potencialmente, hasta la manera en que se remunera a los atletas. Mikal Bridges, actual líder de minutos jugados en la NBA, con un promedio de 38.4 minutos por partido, es un claro ejemplo de cómo la reducción de tiempo de juego podría impactar a las estrellas. La modificación de la duración del juego, inalterable durante los 78 años de historia de la liga, representaría un cambio drástico con consecuencias de gran alcance.
Además de la duración de los partidos, Silver mencionó la posibilidad de otorgar dos tiros libres a los jugadores que reciben falta al tirar triples, otra propuesta que, sin duda, generará debates en los próximos meses dentro y fuera de las canchas.