Henley sorprende y gana el Arnold Palmer Invitational

Un día como cualquier otro, pero no para todos.
En el Arnold Palmer Invitational, dos nombres resonaban con fuerza: Collin Morikawa, el campeón de dos majors, y Russell Henley, un jugador en busca de su gran momento. Morikawa, con su juego pulido y consistente, parecía encaminado a la victoria, ostentando una ventaja de tres golpes a falta de cinco hoyos.
Pero el golf, ese deporte tan impredecible, tenía otras cartas bajo la manga. En el hoyo 14, un par 3, Morikawa falló el green, cometiendo un bogey. Simultáneamente, Henley, con un tiro preciso, se colocó a menos de tres metros para birdie, recortando la diferencia a un solo golpe. El giro dramático, sin embargo, estaba aún por llegar.
El hoyo 16, un par 5, se convirtió en el escenario de una jugada memorable. Morikawa, desde un bunker, no lograba precisión. Henley, por su parte, cometió un error, su tiro se fue al rough denso, obligándolo a un chip desde más de 15 metros cuesta abajo, hacia un pin frontal en un green casi sin hierba. Contra todo pronóstico, la bola, con una trayectoria magistral, impactó el pin y cayó dentro del hoyo para águila.
Ese momento, un golpe de suerte según el propio Henley, "un buen golpe de suerte", le dio la ventaja por primera vez en el día. Morikawa, a pesar de su intento de birdie, no pudo igualar la hazaña. La emoción era incontenible. Los últimos dos hoyos fueron una carrera contra el reloj, una prueba de nervios para ambos jugadores. Henley mantuvo la calma, cerrando con dos pares, asegurando así la victoria.
Al final, Henley, visiblemente emocionado, confesó a NBC desde el green del 18: “Estaba tan nervioso. No puedo respirar en este momento. Es tan difícil y complicado aquí. Solo traté de mantenerme muy fuerte esta semana.” Su camino al triunfo no fue fácil, con errores iniciales en los par 5 del campo delantero y un bogey al inicio de la parte trasera. Sin embargo, la épica remontada, coronada por ese inolvidable chip-in para águila, selló su triunfo.
Para Morikawa, quedó el sabor amargo de una oportunidad perdida, a pesar del gran nivel demostrado a lo largo del torneo. Un torneo que, a pesar de su resultado, no hace más que resaltar su talento y su constante lucha por la cima del golf mundial.