Crisis en el Manchester United: Deuda y bajo rendimiento amenazan su futuro

El Manchester United, un gigante con una historia llena de glorias, se encuentra en una encrucijada. Sus ambiciosos planes para construir el estadio más grande del mundo, con una inversión de 2.000 millones de libras (2.600 millones de dólares) y capacidad para 100.000 espectadores, chocan con una realidad financiera compleja. La entidad arrastra una deuda de 650 millones de dólares y ha implementado drásticas medidas de austeridad para evitar una crisis de liquidez antes de fin de año.
“Nuestro objetivo número uno es hacer que nuestros equipos ganen y que el equipo masculino compita por todos los títulos de manera constante. No nos vamos a desviar de eso,” afirmó Omar Berrada, director ejecutivo del United. Sin embargo, la situación deportiva no es menos preocupante. El equipo se ubica en la mitad inferior de la Premier League, a pesar de haber invertido cerca de 2.000 millones de dólares en jugadores en los últimos 12 años, desde su último título de liga.
La analogía con el Arsenal y su experiencia tras la construcción del Emirates Stadium es inevitable. Arsenal, tras su mudanza en 2006, experimentó dificultades para competir por títulos, a pesar de la inversión en infraestructura. El United parte de una situación aún más delicada, con un equipo en el 14° puesto de la clasificación y posibilidades de su peor resultado en la Premier League. La plantilla, heredada de Erik ten Hag, no se adapta al sistema de su actual entrenador, Ruben Amorim, requiriendo una posible reestructuración al final de la temporada.
El club ha gastado alrededor de 500 millones de libras (646 millones de dólares) en jugadores en los últimos tres años, pero el dinero escasea. El United ha advertido sobre los riesgos de incumplir las normas de rentabilidad y sostenibilidad de la liga, con posibles sanciones como la quita de puntos. “Estamos tratando de ponernos en la mejor posición financiera para poder invertir en nuestro equipo y mejorarlo,” explicó Berrada. “No necesariamente vamos a invertir cantidades significativas. Pero eso será por elección, porque queremos gestionar nuestros costos futbolísticos de manera más eficiente.”
La estrategia de fichajes será crucial. A corto plazo, es improbable que el club busque a las grandes estrellas, debido a las limitaciones económicas. El problema del United desde la salida de Alex Ferguson en 2013 ha sido la mala gestión de inversiones en jugadores que no han cumplido con las expectativas. Antony y Jadon Sancho, fichados por 155 millones de libras (200 millones de dólares) y actualmente cedidos, son ejemplos claros. Jim Ratcliffe, copropietario del United, fue crítico con la gestión anterior, afirmando que algunos jugadores “no son lo suficientemente buenos y algunos probablemente están sobrepagados.”
Para revertir la situación, el United podría optar por una estrategia similar a la de Brighton, identificando jóvenes talentos con potencial de revalorización. Con menos recursos, Amorim deberá ser más hábil en las negociaciones. El club ya está mostrando señales de esta nueva política, fichando a jóvenes promesas como Chido Obi, Ayden Heaven y Patrick Dorgu.
La competencia con clubes como el Manchester City y el Liverpool, respaldados por grandes inversiones, es feroz. Si bien el dinero no garantiza el éxito, la realidad es que los clubes más ricos dominan el fútbol. El United necesita invertir mejor, pero la magnitud de esa inversión será posiblemente menor de lo esperado, influenciada por las restricciones financieras actuales y los recortes de costos que han afectado incluso al icónico Alex Ferguson.
El nuevo estadio, previsto para la temporada 2030-31, representa una apuesta a futuro. Pero con las finanzas bajo estricto control, la pregunta que permanece es si el Manchester United podrá construir un equipo a la altura de su ambiciosa infraestructura.