Italia: Crisis en la Azzurri, el Mundial 2026 en juego

La reciente eliminación en la Liga de Naciones, tras un vibrante pero finalmente insuficiente 3-3 contra Alemania, dejó al descubierto ciertas fragilidades. Un gol de Jamal Musiala, producto de una desconexión defensiva en un córner, marcó un punto de inflexión crucial en el partido. “El segundo gol nos mató,” declaró un preocupado Luciano Spalletti, seleccionador italiano, reconociendo la importancia de ese momento en el juego. La derrota no solo significó la eliminación del torneo, sino que complicó sustancialmente el camino a la clasificación mundialista.
Ahora, Italia se enfrenta a un grupo de clasificación mucho más desafiante. En lugar de un grupo más accesible, deberán medirse a la Noruega de Erling Haaland, un gigante ofensivo que viene de una victoria arrolladora 5-0 sobre Moldavia. La presión aumenta: ganar el grupo es la única vía para la clasificación directa al Mundial de 2026. Un segundo lugar significaría enfrentarse a la angustiosa repesca, un escenario que ya los dejó fuera de las ediciones de 2018 y 2022.
El grupo también incluye a Israel, quien comenzó su andadura con una victoria 2-1 sobre Estonia. El calendario se presenta implacable: Italia inicia su camino en junio, precisamente enfrentando a Noruega, para luego cerrar de nuevo contra el equipo de Haaland. “No podemos fallar,” sentenció Giovanni Di Lorenzo, defensor italiano, reflejando la tensión en el ambiente.
Pero las preocupaciones trascienden la derrota ante Alemania. Gianluigi Donnarumma, portero de la Azzurri, ha sido foco de críticas tras algunos errores clamorosos, tanto con su club, el PSG, como en la selección. Su fallida salida en córners ha propiciado goles decisivos en partidos cruciales. Incidentes similares se repiten en el recuerdo colectivo: goles de cabeza tras descuidos en córners, tanto en Champions League como en la Liga de Naciones, evidenciando una vulnerabilidad defensiva que debe corregirse.
Spalletti, por su parte, admite errores tácticos, particularmente en el primer partido contra Alemania, y aunque reconoce la reacción del equipo en la segunda mitad, el margen de error para la Azzurri es prácticamente inexistente. El camino al Mundial se presenta arduo, lleno de retos y con una alta exigencia para el equipo.