Osaka: Derrota en Roland Garros y la presión del éxito

Se respiraba la pasión por el tenis, pero también una inquietud latente, un eco silencioso de historias pasadas.
En el centro de la escena, Naomi Osaka, cuatro veces campeona de Grand Slam, enfrentaba a Paula Badosa, la número 10 del ranking. La derrota, un 6-7 (1), 6-1, 6-4, fue un golpe inesperado para muchos. Pero más allá del marcador, la atención se centró en el estado emocional de la tenista japonesa.
Con los ojos enrojecidos por las lágrimas, Osaka ofreció una conferencia de prensa conmovedora. "Con el tiempo, siento que debería estar haciéndolo mejor. Pero también… odio decepcionar a la gente," confesó, haciendo referencia a la presión que siente sobre sus hombros. Sus palabras revelaban una fragilidad que contrastaba con su potencia en la cancha.
La referencia a su entrenador, Patrick Mouratoglou (ex entrenador de Serena Williams), fue particularmente reveladora: “Él pasa de trabajar con, como, la mejor jugadora de todos los tiempos a, como, '¿Qué m... es esta?’”, dijo Osaka, dejando al descubierto el desafío de mantener el nivel competitivo tras un cambio tan significativo.
Más allá del cansancio emocional, Osaka acumuló 54 errores no forzados, el doble que Badosa. Las ampollas en la mano, atribuidas a la fricción de la arcilla, y la necesidad de cortarse las uñas durante el partido, pintaron un cuadro de una atleta luchando contra múltiples adversidades.
Su historial en Roland Garros es irregular. En 2021, se retiró por problemas de ansiedad. Este año, aunque jugó un partido cercano contra Iga Swiatek el año pasado, su rendimiento estuvo lejos de su mejor versión. La arcilla, confesó, no es su superficie favorita; sus potentes golpes se ven atenuados en esta superficie. Sufrió cinco quiebres y terminó con casi tantos dobles faltas como aces (cinco contra siete).
El futuro inmediato es incierto para Osaka. Con su respuesta a una pregunta sobre Wimbledon: “Desconozco mi calendario de la temporada de césped en este momento. Realmente no esperaba perder en la primera ronda”, dejó una sensación de incertidumbre, mientras la reflexión sobre su desempeño en París queda en el aire.