Alcaraz: Triunfo y Canto en Roland Garros

Los murmullos de la multitud indicaban un final… ¿o un comienzo inesperado?
El protagonista, Carlos Alcaraz, acababa de vencer a Fabian Marozsan con un contundente 6-1, 4-6, 6-1, 6-2. Una entrevista breve con Mats Wilander parecía el cierre natural. Pero el joven campeón tenía una sorpresa reservada para el público.
“Una cosa, una cosa. Siempre quise hacer esto. Espero que todos me sigan”, declaró el español de 22 años, antes de un momento que nadie olvidará. Inclinándose hacia el micrófono, comenzó a entonar una melodía familiar para los asistentes a Roland Garros: un pasodoble español, cuyo estribillo —“Po-po-po-po-po-po po-lolo”— resonó en la Philippe Chatrier.
Un detalle curioso: la versión francesa de la canción incluye una pausa seguida de un "Olé". Alcaraz, con una sonrisa traviesa, dejó que la multitud coreara ese "Olé", creando una conexión única con los asistentes. El intercambio con Wilander, antes de retirarse entre aplausos, selló ese instante mágico.
El joven tenista reveló posteriormente que había considerado cantar este tema después de una entrevista del año pasado, pero la timidez lo había frenado. Esta vez, la confianza se impuso. Su destreza en la arcilla es innegable, reflejado en su impresionante racha de 29 victorias en sus últimos 31 partidos en esta superficie. Solo una derrota empaña este brillante historial: la sufrida contra Novak Djokovic en la final olímpica de París el año pasado, en la misma cancha donde ahora brillaba.
“Esta pista simplemente me encanta”, afirmó Alcaraz. “He hecho grandes cosas en ella, he vivido grandes momentos y también algunos malos, de los que he aprendido... Espero que la gente pueda irse con una sonrisa cuando me marcho de la cancha”. Su próximo oponente en la tercera ronda será Damir Dzumhur, de Bosnia.
Más allá del triunfo deportivo, la espontaneidad de Alcaraz, su conexión con el público y su dominio en la arcilla, se convierten en ingredientes de una narrativa que trasciende el tenis mismo.