Ustari: El héroe del Inter Miami en el Mundial de Clubes

El protagonismo se lo robó un arquero, un guardameta que con sus manos escribió una historia inesperada: Óscar Ustari. Este argentino, cuyo nombre no resuena con la misma fuerza mediática que el de Messi, pero que comparte con él un pasado glorioso en la Selección Argentina Sub-20 (2005), se erigió como el héroe del Inter Miami en su debut.
Su actuación en el empate sin goles contra el Al Ahly de Egipto fue sencillamente excepcional. Ocho atajadas, una de ellas un penal, y una demostración de reflejos felinos que dejaron boquiabiertos a propios y extraños. "No me gusta hablar de mí mismo. El equipo hizo un gran trabajo defensivo y eso es lo que más me importa," comentó Ustari tras el encuentro. "Recuerdo haber estado retirado y sabía que mi regreso sería en una cancha, así que estoy muy feliz por ello."
Una de las paradas más memorables fue la atajada de un cabezazo al minuto 33, seguida inmediatamente por la contención del remate al arco del delantero Mahmoud Trezeguet, tras un penal fallado por el mismo jugador, justo antes del descanso. Una doble atajada que resume a la perfección la noche mágica del experimentado portero.
A sus 38 años, Ustari regresó al escenario internacional luego de un largo tiempo alejado de las grandes competiciones. Su trayectoria incluye un brillante paso por el Pachuca de México, equipo que, cabe destacar, pertenece al Grupo Pachuca, el mismo dueño del León, club involucrado en controversias y descalificado por la FIFA, con apelación rechazada por el Tribunal de Arbitraje Deportivo.
Con 124 apariciones con los "Tuzos" y un breve paso por el Audax Italiano de Chile, Ustari llegó al Inter Miami en septiembre de 2024 como jugador libre. Desde entonces, ha disputado 22 partidos, incluyendo ocho en la Copa de Campeones de la CONCACAF, demostrando su valía y experiencia.
Su desempeño en el Mundial de Clubes no solo representa un triunfo personal, sino también un ejemplo de perseverancia y talento que trasciende nombres y glorias pasadas. Un ejemplo de que el fútbol, a veces, se escribe con paradas imposibles y con la garra de un arquero que, con sus 38 años y en un torneo de máximo nivel, se erigió como el protagonista absoluto.