Detrás de este movimiento hay un plan negociado desde abril entre Bowser y Josh Harris, dueño del equipo desde 2022. Actualmente, los Commanders juegan en Landover, Maryland, pero su mirada está puesta en un nuevo estadio para 2030. Las opciones sobre la mesa incluyen:
- Washington D.C. (con el RFK como eje central)
- Virginia
- Maryland
El terreno del
RFK ya está en manos de la ciudad gracias a una ley federal aprobada en enero bajo la firma de
Joe Biden. Esto abre la puerta a un
complejo de uso mixto que incluiría el nuevo
estadio. Sin embargo, la sombra de
Donald Trump se cierne sobre el proyecto: el expresidente amenazó con bloquear fondos federales si el equipo no recupera su polémico nombre original.
Según cálculos de la oficina del presidente del consejo Phil Mendelson, el proyecto podría inyectar $26,600 millones en impuestos en tres décadas. La inversión se repartiría así:
- $1,000 millones aportados por el distrito
- $2,700 millones financiados por los Commanders
Mientras el equipo evalúa sus opciones, los aficionados esperan con ansias una decisión que marcará el futuro de la
franquicia en la capital estadounidense.
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