Alexander domina a los Yankees: Astros humillan en el Bronx con jonrón de Altuve

Mientras la multitud murmuraba ante cada lanzamiento, el derecho de Houston tejía una "masterclass" de pitcheo con cambios de velocidad que dejaron sin respuestas a los bateadores locales. Solo permitió un hit en seis entradas, repitiendo su hazaña de su salida anterior sin carreras permitidas. 87 lanzamientos, tres ponches y tres bases por bolas fueron el resumen de una noche mágica.

Pero si hubo un momento que encapsuló la tarde, fue en la primera entrada: José Altuve, el eterno verdugo de los Yankees, conectó el jonrón 250 de su carrera. El venezolano se unió a un club exclusivo: solo 11 jugadores en la historia cuya posición principal es segunda base alcanzan esa cifra. No contento con eso, el líder de los Astros terminó la noche:

• 3-2 al bate
• 3 carreras anotadas
• 1 remolcada

El descontento en las gradas crecía al ritmo de los errores defensivos. En la novena, un sencillo del mexicano Ramón Urías cayó entre el campocorto Anthony Volpe y el jardinero Cody Bellinger, jugada que simbolizó la noche de descoordinación yankee. Para entonces, Aaron Boone ya había sido expulsado —su quinta vez esta temporada— tras discutir agriamente en la tercera entrada.

Los números no mienten:

"Siete hits permitidos, tres carreras limpias en la quinta entrada cuando el novato Cam Smith conectó un sencillo con bases llenas, y una ofensiva que solo produjo tres hits", resumió el cronista oficial del equipo. Los abucheos al final del encuentro sellaron un marcador de 7-1 que hunde más a los Yankees en su peor racha de la temporada.

Entre las pocas luces para Houston destacó el boricua Carlos Correa, quien conectó su segundo cuadrangular desde su regreso al equipo, mientras el hondureño Mauricio Dubón sumó otra carrera impulsada en la novena. Del otro lado, el dominicano Jasson Domínguez terminó 0-2, reflejo de una línea de bateo que sigue sin despertar.

Mientras los Astros celebran su cuarta victoria en seis juegos, en el Bronx las preguntas se acumulan tan rápido como las derrotas: siete en los últimos nueve encuentros. La temporada se les escapa entre los dedos, y partidos como este solo alimentan las dudas sobre un equipo que prometía ser contendiente.

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