México, DF.
La cantante, figura internacional tras su paso por RBD, lanzará en abril Sin fronteras, su segundo disco de estudio como solista.
Dulce María ha mutado. Ha cambiado su perspectiva y vislumbra nuevos objetivos. Para lograrlo ha echado mano de Sin fronteras, su nuevo disco de estudio, con el que pretende dejar claro que lo suyo tiene que ver con algo más que la resaca de fama de RBD.
El álbum, segundo en su carrera en solitario, ha llamado la atención aun antes de llegar a tiendas gracias a una arriesgada colaboración con Julión Álvarez, quien grabó con la cantante Lágrimas, el primer corte con el que se promocionó el disco que llegará a tiendas en abril próximo.
La canción, que fusiona el pop con el regional mexicano y que fue producida por Koko Stambuk, representa un asomo al periplo que Dulce María construyó.
Se arriesgó, dijo la cantante, con un género del que conocía poco con la esperanza de abrir nuevas puertas que le permitieran explorar otros caminos.
Fue, además, la primera prueba de que la también actriz quería sacudirse la inercia que la perseguía desde RBD y que poco rompió su anterior producción discográfica, Extranjera. Por eso, en este nuevo disco Dulce María invitó a otras voces a que la acompañaran. Lo hace la colombiana Naty Botero, el argentino Coti, el mexicano Frankie J. y la brasileña Manu Gavassi.
“Es la primera vez que saco colaboraciones en un disco y creo que eso ayudó a que tuviéramos un álbum mucho más completo, con más propuesta y con más contenido en las letras, de las cuales yo compuse la mitad.
Es un disco versátil que tenía como idea principal llevar la esencia de México a otros países y nutrirse de otros lugares como España en donde grabé la mitad de las canciones”, apuntó la cantante.
La visión cosmopolita de la producción quedaba clara desde el tíulo, Sin fronteras, un nombre que bien podría parecer continuación del disco Extranjera que Dulce María editó en 2010. Sin embargo, aclaró la intérprete, en este caso tiene más sentido el nombre de la producción.
“De alguna forma parece una continuación, que tienen un enlace, pero en realidad al anterior le puse Extranjera porque así era como me sentía luego de pasar por RBD, un fenómeno muy grande. Llegó un punto en que no sabía quién era o qué quería, me sentía como una extranjera en cualquier parte.
En cambio, para este nuevo álbum sí sabía que tenía que reflejar la diversidad de países y la fusión de colaboraciones y de géneros que tenía. Sabía, además, que tenía que romper muchas fronteras para conseguir lo que quiero”, apuntó Dulce María, quien reconoció la presión que existe en su entorno luego de haberse graduado en su carrera artística como una de las integrantes de RBD.
El grupo, surgido de la telenovela Rebelde, adaptación mexicana a un melodrama argentino, echó por tierra las mejores predicciones al convertirse en un éxito global. Sudamérica, Europa y Estados Unidos se rindieron ante los seis jóvenes que pronto alzaron la mano como estandartes del nuevo pop mexicano.
Al lado de sus compañeros Maite Perroni, Anahí, Christian Chávez, Christopher Von Uckermann y Alfonso Herrera, Dulce dio la vuelta al mundo con conciertos en los que actuaban ante decenas de miles de personas que los ovacionaban.