Hermosillo
Impulsor de la construcción de hospitales y uno de los más destacados en el canto lírico.
Un día como ayer pero de 1893 nació en Álamos, Sonora, el cantante, médico y humanista mexicano Alfonso Ortiz Tirado, doctor de cabecera de Frida Kahlo, impulsor de la construcción de hospitales y uno de los más destacados intérpretes del canto lírico.
Con lo que obtuvo de presentaciones personales creó un hospital infantil en la ciudad de México. De ahí su frase “Elevé con mi canto este templo para el alivio del dolor”.
Los restos del doctor Ortiz Tirado, quien falleció el 7 de septiembre de 1960 se encuentran en el Panteón francés de la ciudad de México.
En 1984 inició en Álamos, un bello pueblo colonial situado en el sureste del estado de Sonora, la tertulia y velada literaria para rendir homenaje al tenor y médico alamense en la fecha de su cumpleaños.
El evento se llamaba Remembranzas y asistieron alrededor de cien personas. Durante los primeros años, los artistas que asistían eran sólo de ciudades cercanas como Hermosillo y Navojoa.
En 1990 adquirió el nombre de Festival Dr. Alfonso Ortiz Tirado. Desde 1994 se realiza durante nueve días y recibe a artistas de talla internacional de diversos géneros musicales, convirtiéndose en unos de los principales foros para disfrutar el canto operístico en nuestro país.
Ahora recibe en promedio por año, a cien mil personas de distintos puntos del noroeste de México y de Estados Unidos.
“Conocí al Dr. Alfonso Ortiz Tirado en 1931, en el Estado de Sonora. En aquella ocasión le escuché una canción de María Grever, y posteriormente seguí, aunque de lejos, su trayectoria artística sin pensar que un día, treinta y un años después, yo estaría entregada a la tarea de escribir su vida para ofrecerla a sus admiradores de todo el continente, cuando ya él había muerto.
“El Dr. Alfonso Ortiz Tirado tuvo todo lo que un hombre puede ambicionar: personalidad, prestancia física, talento profesional, fama artística y científica, admiración, aplausos y dinero; los últimos dos años de su vida vivió casi solitario. Apenas si la presencia constante y fiel de su hermana rompía esa soledad y esa tristeza que le rodeaban.
Y el libro iba naciendo cuartilla a cuartilla: y regresé a Sonora… Y entonces conocí Álamos (…).
Álamos fue la cuna de Alfonso Ortiz Tirado; el nació aquí y amó esta tierra siempre. Alguna vez visitó Álamos y cantó para la gente de su tierra, en la iglesia, en la plaza, y esto, por el gusto de hacerlo, porque sentía la influencia de su madre y el calor de su cariño en todas las cosas que hacía (…) Él no vivió su niñez ni su juventud en esta ciudad y, sin embargo, sabía pintar a maravilla sus paisajes, la belleza antañosa de sus casas, el colorido y el perfume de sus jardines y la sencillez de su gente”.
Tomado del libro Alfonso Ortiz Tirado, de Enriqueta de Parodi (Instituto Sonorense de Cultura, 1964 y 1996).