Helen Mirren, sin miedos en Winchester

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LOS ÁNGELES, CA


Reticente a pensar en la vida en el más allá, pero defensora del poder creer en algo, la actriz Helen Mirren encarna a una viuda que deambula por una mansión que deberá contrarrestar a espíritus que murieron a causa de las armas.


El lugar es la mansión Winchester, construida entre 1884 y 1922, por Sarah Winchester tras la muerte de su marido, el inventor del rifle de repetición, y a sugerencia de una médium para el descanso de estas almas.


Ubicado en San José, California, con 140 cuartos y también conocido como el lugar más embrujado de Estados Unidos”, el inmueble y su creadora son el eje de la cinta La maldición de la casa Winchester.


Acerca de cómo fue rodar por los pasillos de este icónico lugar, en el que se le ve con un velo e indumentaria oscura, Mirren reveló que se trató de una experiencia extraordinaria.


Cuando la conoces (la casa) por dentro, percibes la atmósfera, los recuerdos; a la mejor todo está en tu imaginación, probablemente lo es, pero creo que la imaginación es una herramienta muy poderosa. La casa de Sarah Winchester, en primer lugar, puedo decir que es enorme, pero al mismo tiempo es pequeña, era una mujer pequeña, la construyó en el modo que quería las proporciones pequeñas.


Todo se amontona, es como un laberinto, los detalles son muy femeninos, se ve que le gustaba la madera, hay acabados muy bellos, las esquinas, tapices, platería también. Es un lugar extraordinario para estar ahí, sientes la historia de una manera fuerte”, dijo en entrevista.


La ganadora del Oscar equiparó la sensación de la casa de estilo victoriano con un lugar en el que vivió con su marido, el director Taylor Hackford.


En una de las casas que fue nuestra en Hollywood, la dueña murió ahí, era una mujer muy dulce, la casa estaba llena de buena vibra, nada tenebroso, alguien del campo también había vivido ahí y fue algo similar a lo que experimenté en la casa Winchester”, remarcó.


LA PÉRDIDA Y LA MUERTE


Sarah Winchester sufrió varias pérdidas, en primer lugar, su hija a unas semanas de nacida, así como su marido, sentimientos que no ha experimentado Mirren, pero que de una u otra manera le generan empatía.


Creo que todo aquel que llega a esa edad ha perdido gente. Nunca he perdido a alguien en forma trágica como ocurre en Winchester; ésta es la historia de ella, se casó con un hombre acaudalado cuando ella era joven, hubo una conexión amorosa, se embarazó, era el matrimonio perfecto y feliz y luego perdió a su hija pequeña, después a su esposo.


Pasó de la dicha total a la tristeza y a la desesperanza, y básicamente se retiró, se volvió una reclusa, empezó a construir esa casa”, contó.


Autodenominada como imaginativa y escéptica a los fantasmas, Mirren imagina la muerte como irse a dormir por la noche, Woody Allen decía algo muy gracioso, que la muerte era como una colonoscopia, sólo relájate y cuenta hasta diez, cuando vayas en el cinco te vas. Te das cuenta de que no estás muerto porque te levantas, pero puede que no lo hagas”.

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