Clint Eastwood, leyenda del cine

A los 91 años estrena ‘Cry Macho’, la sentimental adaptación de la novela de N. Richard Nash, acompañado de una joven promesa del cine mexicano, Eduardo Minett

Clint Eastwood, leyenda del cine
...

Tu opinión es muy valiosa para mí y me ayuda a crear mejor contenido para ti.
Por favor, indícame qué fue lo que no te gustó.

¡Gracias por calificar mi nota! Nos ayuda mucho para crear más contenido como este.
El actor y director que alguna vez personificó la palabra macho a través de sus descarnadas películas de acción de- muestra que también es capaz de hacerlo a través de las emociones. Eastwood, de 91 años, apuesta por contar su propia historia con la metáfora de una ex estrella del rodeo y criador de caballos que viaja a México para traer de vuelta a un joven. En este viaje a la frontera, Eastwood se autoanaliza como un personaje que no se mueve a la misma velocidad de la juventud, pero sigue teniendo la misma bravuconería. Posee dos premios Oscar a Mejor dirección.

Estrena película cuando estamos saliendo de una pandemia, ¿Cuándo se rodó este filme?
Estuve en Nuevo México durante nueve se- manas trabajando en este proyecto durante la pandemia y cuando volví a casa, pensé, tengo suerte de estar aquí.

El amor a la vida es la razón de este filme
No lo sé. Si hay algo que aprecio en mi carrera es encontrar distintos puntos de vista sobre un mismo tema. Ver las cosas de una forma diferente nos permite crecer, y uno, tenga los años que tenga, siempre está aprendiendo. Yo no soy el mismo de hace 20 años, ya no pienso igual que antes, pero no renuncio al trabajo que he hecho hasta ahora.

¿Qué le mantiene trabajando?
Un poco la inercia. Esto es lo que sé hacer y lo que quiero seguir haciendo. Creo que soy un tipo con suerte porque me dejan hacer proyectos que me interesan.

¿Encaja el machismo en este filme?
Es una idea. Creo que estaba sobrevalorado en el pasado y ahora tal vez era el momento. Esta es una historia de mirar hacia atrás, pero sin intelectualizar mi trabajo. La verdad, creo que tenía ganas de volver al western.

¿Por qué abandonó este género?
No lo hice. Digamos que, hasta ahora, no me pareció el momento adecuado de vol- ver al western. Este guión siempre estuvo en mi mesa, desde que leí la novela hace más de treinta años. Soy amante del género desde la infancia, no tengo nada en contra, simplemente tenía otros proyectos que me interesaban más.

¿Rodar Cry Macho en pandemia es una declaración de intenciones?
No me voy a retirar, no. Me gusta lo que hago y no quiero retirarme. Si lo dejo, lo haré sin despedirme. Llevo más de 50 años dirigiendo, cada mañana me levanto pensando en mi próximo proyecto y eso me da vida. Poder seguir trabajando después del año vivido es tener mucha suerte.

Este filme habla de un viaje: la infancia y la vejez en un coche. ¿Se está volviendo nostálgico?
Sé la imagen que tengo y me divierte jugar con ella en mis películas. Si has interpretado un cierto número de filmes con el mismo tipo de personajes, acabas creando un arque- tipo para el público. Luego puede que encajes o no en esa imagen, pero a mí me encanta jugar con ella

¿Le costó rodar su papel?
El físico es importante, pero también las emociones. Creo que es importante mostrar respeto por lo vivido, una cualidad por la que voy sintiendo más admiración con la edad.

¿Queda algo del icónico Harry El sucio?
Soy la misma persona. Cuando empecé, sentía una enorme ambición y eso se ha ido apaciguando en mi interior.

Ha sido capaz de dirigir e interpretar acompañado de un joven actor ¿Fue difícil conseguir el equilibrio de rodar con las limitaciones de una pandemia?
Por supuesto, pero son muchos años de experiencia. Trato de organizarme porque siempre sé lo que quiero conseguir en cada toma. Analizo cada posibilidad, el tiempo que necesito estar delante de la cámara, detrás, hablando con el equipo, con los actores. Sin duda este filme ha sido exigente porque estaba haciendo dos trabajos, pero me sentí motivado para hacerlo. Es un privilegio poder trabajar únicamente en las películas que yo dirijo. Es cuestión de madurez, aunque uno nunca deja de madurar.


Comparte esta noticia