Emmanuel, una carrera de excelencia
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El Diario de SonoraDesde el inicio de su carrera siempre quiso ir más allá, a pesar de que en su compañía disquera muchas veces le dijeron “no lo hagas”.
Recuerda en entrevista con Excélsior, un directivo le dijo que no grabara La chica de humo, “jamás será un éxito”.
El tiempo le ha dado la razón a la canción y, desde luego, al intérprete, quien recibirá este 17 de noviembre el Premio a la Excelencia, que entrega la Academia Latina de la Grabación.
Dice que es bonito que se le reconozca por su trayectoria, a lo que ha hecho creativamente en su vida, de los cambios que ha logrado con su música dentro de la sociedad.
“Es un premio que recibes con satisfacción”, subraya.
Emmanuel debutó en 1976 con el disco Diez razones para cantar, temas de su autoría que precedieron al éxito Al final, de 1979. Para 1980, lanzó uno de sus discos más exitosos, Íntimamente, que contiene canciones como Insoportablemente bella, El día que puedas, Quiero dormir cansado o Todo se derrumbó.
Después vino otro éxito con su disco En la soledad, 1983, con El rey azul. Un año después más hits de su disco homónimo con Detenedla ya y Pobre diablo; el parteaguas: Toda la vida, de 1986, del disco Desnudo.
“Un cambio de la balada al pop, una de las cosas más importantes que he hecho en mi carrera. El haberme atrevido a grabar cosas muy diferentes que no se hacían en el mundo latino, donde al prinicio de la carrera las canciones no jalaban.
“Tuve muchas discusiones para hacer las cosas que yo quería hacer. La gente dentro de las disqueras me decían que hiciera lo que todo mundo hacía y yo dije que no, que quería hacer otras cosas.
“Tenía otras informaciones musicales las quise ir metiendo dentro de mi música y ahí fue el rompimiento hacia el pop”, comenta.
Subraya que su disquera no querían que grabara Toda la vida, ni La chica de humo o La última luna.
Era una guerra. No sólo por el director de la compañía, sino porque “todos en la compañía te dijeran que eso no iba a funcionar.”
El intérprete reconoce que en su carrera ha habido lagunas, luego esa búsqueda latina y, después, de nuevo lagunas con las compañías. Así llegaron Sentirme vivo y Corazón de melao.
Ha sido una carrera linda, enfatiza, pero nada nada una carrera soñada.
“Tú tienes que ir creando el sueño poco a poco y una vez que alcanzas una meta, tienes que ir por la otra. Una vez que llegas a una pared, tienes que brincarla y seguir por tu meta.”
Emmanuel sigue en activo desde hace 45 años de carrera artistica.
No sólo su generación sabe sus canciones, sino que las nuevas bailan con La chica de humo o La última luna.
¿El secreto? Dice que él, y varios de sus compañeros y compañeras de aquella década, “tuvimos mucho respeto hacia la música, la creatividad y la creación de lo que hacíamos.”
“No hacíamos al ahí se va, nos entregábamos con mucha fuerza y pasión. El éxito se logra con mucha gente que camina contigo. No lo haces tú solo, hay una compañía de discos, tu mánager, un grupo de personas que conforman tu univeso y tú debes tener la visión de ver con quién te rodeas.
“En mi caso, soy una persona que me cuidé mucho físicamente, porque quería estar muy bien al paso del tiempo. Una persona que no tomó ni le entré a las drogas.
“Me di cuenta de cuáles eran mis capacidades y limitaciones y soy una persona que siempre soñó, que le gusta la buena música y que quiso dar todo lo mejor que estaba dentro de mí. Siempre quise darle calidad a la gente”, concluye.
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