El domingo 1 de septiembre, el actor Gustavo del Castillo Negrete, un rostro familiar de las pantallas mexicanas, dejó este mundo, y la noticia apenas ha llegado a nosotros. La Asociación Nacional de Intérpretes (ANDI) confirmó la triste noticia, pero la tristeza ya había comenzado a apoderarse de los corazones de quienes lo conocían.
Su rostro, conocido por papeles memorables en telenovelas como "Chespirito", "Amor real" y "Mujer, casos de la vida real", se desvaneció de la escena. En el pasado, era un ícono, un símbolo de la época dorada de las telenovelas, y su ausencia deja un vacío difícil de llenar. Su participación en "Cuna de Lobos" y "Rosa Salvaje" lo consagró como uno de los actores más queridos del público.
Su carrera, sin embargo, se remonta a la década de los 70, a un tiempo en el que el cine mexicano vivía su auge. En "El arte de engañar", "El juicio de los hijos" y "Los Beverly de Peralvillo", Gustavo del Castillo dejó su huella. En la pantalla grande, se codeó con leyendas, participando en cintas como "Capulina contra los monstruos" y "Superzan El Invencible".
Su legado se extiende a lo largo de 87 producciones, una prueba del trabajo incansable de un hombre dedicado a su arte. Las redes sociales se llenaron de mensajes de pésame para su familia y amigos. La causa de su muerte permanece aún desconocida, un misterio que se suma a la tristeza de su partida.
La noticia nos recuerda lo fugaz de la vida, y la importancia de honrar la memoria de aquellos que se fueron. La sonrisa de Gustavo del Castillo Negrete un rostro que se ha ido, se quedará grabada en nuestros recuerdos, un recuerdo que nos acompañará en el viaje que todos emprendemos.