La presentadora, quien ha mantenido una carrera exitosa, ha compartido detalles de la difícil situación que atravesó, revelando que enfrentó problemas cerebrales que le dificultaron la movilidad y un virus en la sangre.
"No fue fácil, no ha sido fácil, pero no imposible", confesó Yolanda en un encuentro con la prensa, mientras narraba las pruebas que superó. La conductora describió cómo la depresión se convirtió en un acompañante indeseable, llegando a experimentar "cuadros fuertes" de la enfermedad. "Me bañaban, me agarro de Dios y de pronto me da depresión, obviamente. Llorar, llorar", relató con sinceridad, describiendo la desgarradora experiencia de la enfermedad.
A pesar de la adversidad, Yolanda asegura que nunca pensó en quitarse la vida. "No, nunca quise suicidarme en esta ocasión, la verdad no. Nunca quise, al contrario, quería vivir", afirmó con determinación. Ahora, la conductora encuentra un nuevo significado en la vida y valora cada instante como un aprendizaje. "Ahora, en esta nueva etapa de mi vida, valoro todo, todo lo tomo como aprendizaje, hasta para ir al baño, para lavarte la cabeza, para hacer las cosas más simples, desde cargar una botella de agua", confesó.
La familia de Yolanda ha sido un pilar fundamental en su proceso de recuperación. Marilé, hermana de la conductora, reveló que Yolanda recuperó el habla gracias a un tratamiento específico después de recibir el diagnóstico correcto. "Fue mágico. Fue maravilloso porque ahora que le dieron el diagnóstico correcto entró a tratamiento y fue mágico. Joe está muy bien. Ya puede hablar. Recuperó su voz y todo", declaró Marilé, sin revelar la naturaleza exacta del diagnóstico.
La fortaleza de Yolanda Andrade es un ejemplo inspirador de resiliencia y esperanza. Su historia nos recuerda que, a pesar de los desafíos, la vida siempre ofrece oportunidades para crecer y valorar lo que tenemos.