La cantante, que ha estado luchando por recuperar su libertad después de años de tutela, ha tenido un nuevo susto, esta vez relacionado con un incendio.
"Estaba en mi habitación, encendí el fuego y de repente me estalló en la cara", explica Britney en un video, imitando un acento británico. La chimenea ya le había dado problemas antes, por eso siempre le pedía a alguien de seguridad que la encendiera. "Pero esta vez simplemente me explotó en la cara", continúa, con un dejo de angustia.
"Me quemé las cejas, las pestañas y el pelo", admite. Britney describe el dolor intenso que sintió y cómo tuvo miedo de que fuera algo grave. "Pensé que tendría que ir a urgencias porque mi cara parecía que estaba ardiendo", cuenta.
El incidente recuerda otro incidente similar que Britney protagonizó en 2020. En aquella ocasión, provocó un incendio en su gimnasio con unas velas que tenía encendidas. "Por suerte saltó la alarma y nadie resultó herido. Desafortunadamente ahora solo me quedan dos máquinas y un espejo en una pared. Podría haber sido mucho peor, estoy agradecida", dijo en ese momento.