La ceremonia fue encabezada por el rector Santos Guzmán López, quien destacó la profunda huella que Serrat ha dejado en la literatura y la música. Su voz, según el rector, ha llegado a miles de personas en todo el mundo, traspasando idiomas y generaciones.
En su discurso, Serrat se remontó a su primer viaje a México en 1969, un momento que definió como el inicio de una relación de amor: “Esta relación con México es larga y es fecunda. Es una tierra que siento como mía”, confesó.
Durante su estancia en el país, Serrat se sumergió en la cultura mexicana, "Le entré al chile, le entré al taco, a los albures y sin darme cuenta mi mirada iba cambiando. Mi mirada y mi vocabulario", expresó, describiendo cómo México lo cautivó con su pasión por la vida y la muerte, su surrealismo natural y su riqueza cultural.
El doctorado honoris causa se suma a una larga lista de reconocimientos que Serrat ha recibido a lo largo de su carrera, incluyendo el Premio Princesa de Asturias de las Artes, otorgado este mismo año.
Con la entrega de este título, la UANL se une a la celebración de la trayectoria de un artista que ha marcado la historia de la música hispana y ha dejado una huella imborrable en el corazón de México.