Sin embargo, tras el retiro de ambas del deporte, la realidad las alcanzó. La amistad que alguna vez fue tan cercana, se había perdido en el torbellino de la fama.
Johnson, en una entrevista reciente, reveló que su boda en 2016 fue el catalizador para la reconciliación. “Si no respondes, lo entiendo totalmente,” escribió Johnson en un correo electrónico a Liukin, “solo quiero que sepas que te amo. Extraño a mi mejor amiga. Te apoyo en todo lo que haces.”
Liukin, al leer el mensaje mientras se encontraba en un restaurante en Manhattan, se sintió conmovida. “En ese momento me di cuenta de que la niña con la que había sido mejor amiga por tantos años estaba a punto de vivir el momento más importante de su vida, y yo no iba a estar ahí,” explicó.
Liukin y Johnson se reunieron en Nueva York unas semanas después. La gimnasta rusa finalmente asistió a la boda de Johnson con el ex jugador de la NFL, Andrew East.
Las dos atletas atribuyen a sus parejas de ese entonces el haberles dado el empujón final para reconciliar su amistad. “Nuestros novios estaban tan cansados de escucharnos hablar mal del otro que dijeron, ‘Basta, simplemente hablen de nuevo’ y lo hicimos,” reveló Johnson.
La historia de Liukin y Johnson es un recordatorio de que incluso las rivalidades más intensas pueden dar paso a la amistad, con un poco de tiempo, comprensión y un correo electrónico de una buena amiga.