Lisa, originaria de Tailandia, se mudó a Corea del Sur cuando era adolescente para perseguir su sueño de convertirse en cantante. Al llegar a un país completamente nuevo, se encontró en una situación donde tenía que adaptarse rápidamente. "No sé si he llegado a ser tan buena", dijo Lisa sobre sus habilidades lingüísticas, con una mezcla de humildad y humor. "No creo tener el talento para los idiomas, pero en Corea, tenía que vivir, así que tenía que aprender".
La necesidad de comunicarse con la gente local la llevó a sumergirse en el idioma coreano, y de ahí fue extendiéndose a otras lenguas. "Tenía que sobrevivir, supongo", explicó Lisa, dejando claro que su motivación era puramente práctica. "Era sentido común, para obtener lo que quería, tenía que aprender e intentar hablar con la gente local, y estaba dedicando cada vez más tiempo a ello".
Aprender coreano también la ayudó a disfrutar plenamente de su pasión por las series de televisión coreanas, conocidas como K-dramas. "Ahora mismo estoy viendo una en Netflix llamada 'Love Next Door'. Me encanta la combinación del personaje masculino y el femenino, ¡empiezan como amigos!", comentó Lisa sobre la serie. "Esas cosas se sienten tan reales", agregó. "Los K-dramas no son nada demasiado serio, así que cuando necesito calmarme, los veo, y realmente me ayuda".
La historia de Lisa es un recordatorio de que a veces, la necesidad es la madre de la invención. Su habilidad para hablar cuatro idiomas no solo la ayudó a navegar por un nuevo país, sino que también la ha convertido en una figura inspiradora para millones de personas que sueñan con seguir sus pasos.