En una entrevista reciente con la revista Elle, Moore reveló la lucha interna que la ha acompañado durante años. “Hay mucho tormento que me autoinfligí cuando era más joven”, confesó. “El ejemplo perfecto es cuando me dijeron que debía perder peso varias veces”, continuó. “El productor me llamó aparte. Fue muy vergonzoso y humillante”.
Moore, sin revelar el nombre del productor en cuestión, sí detalló cómo sus comentarios desencadenaron una obsesión por la dieta y el ejercicio. “Interioricé eso y me llevó a un lugar de tanto tormento y dureza contra mí misma, de comportamientos realmente extremos, y que casi todo el valor de quién era lo ponía en que mi cuerpo fuera de cierta manera. Eso depende de mí”, admitió.
La actriz, que saltó a la fama a finales de la década de 1980, explicó cómo su lucha por la imagen corporal se intensificó mientras se preparaba para papeles que exigían un físico específico. “Cambié mi cuerpo varias veces a través de diferentes papeles, y creo que elegí esos papeles, ya sea consciente o no, por la oportunidad de encontrar algo de paz y amor propio”, compartió.
Sin embargo, esta búsqueda de la perfección en pantalla se tradujo en un comportamiento autodestructivo fuera del set. En su libro "Inside Out" (2019), Moore describe la obsesión por el ejercicio que la consumió durante la preparación para su papel en "A Few Good Men", solo unos meses después del nacimiento de su hija Scout.
“No sentía que pudiera dejar de hacer ejercicio. Era mi trabajo encajar en ese uniforme militar implacable que usaría en dos meses en 'A Few Good Men'", escribió. “Ponerme en forma para esa película lanzó la obsesión por entrenar que me consumiría durante los siguientes cinco años. Nunca me atreví a aflojar”.
Para el rodaje de "Indecent Proposal", Moore redobló sus esfuerzos y eliminó los carbohidratos de su dieta. El ejercicio se convirtió en una obsesión que la llevó a un punto crítico. Incluso a pesar de las señales de alerta de su cuerpo y las advertencias de sus médicos, Moore continuó con su riguroso régimen.
“Estaría en exhibición de nuevo, y todo en lo que podía pensar era en mi cuerpo, mi cuerpo, mi cuerpo”, escribió. “Dupliqué mi rutina de ejercicio ya exagerada. Eliminé los carbohidratos, corrí, monté en bicicleta y entrené en todas las máquinas imaginables”.
Fue durante la preparación para "G.I. Jane" que Moore finalmente llegó a un punto de inflexión. "Tuve una epifanía y me di cuenta de que solo necesitaba ser de mi tamaño natural", relató.