Pero entre ensayos, grabaciones y presentaciones, surgió algo más que nuevos proyectos profesionales. Su participación en un reciente concurso de baile, le trajo algo más que un triunfo: una conexión profunda con su compañera, Sandra Itzel. La química entre ellos fue evidente desde el principio, tan evidente que culminó en un momento inolvidable: un beso en los labios al finalizar una coreografía.
El beso, por supuesto, desató una ola de especulaciones. Preguntado por los medios sobre su interés en Sandra Itzel, Imanol no eludió la cuestión. Con una honestidad refrescante, explicó: "Yo quiero a Sandra en mi vida para siempre. ¿Cómo? No lo sé."
Admitió la admiración que siente por ella, describiéndola como "una mujer maravillosa, extremadamente disciplinada, entregada, una mujer hermosa". Sin embargo, Imanol, consciente de experiencias pasadas – "después de dos divorcios, el suyo y el mío, tienes que tomar las cosas con calma" – prefiere no apresurar las cosas. Destaca la importancia de no causar daño: "dar paso firme porque no se vale lastimarse y lastimar a los demás".
Más allá del romanticismo, Imanol enfatizó la conexión especial que comparte con Sandra Itzel: "Hemos vivido grandes momentos, tenemos una química maravillosa y eso fue algo que nos llevó a esa conexión en la pista". La historia entre ellos, aún en sus primeras etapas, promete ser tan apasionante como el año que Imanol ha vivido.
El año de Imanol ha sido un torbellino: una montaña rusa de emociones, éxitos profesionales, y el brote de un posible romance. Un año que, sin duda, recordará por mucho tiempo.