Recientemente, Variety reunió a dos figuras estelares de Hollywood: Ryan Reynolds y Andrew Garfield. La charla, lejos de ser una simple entrevista promocional, exploró la esencia misma del arte de contar historias, analizando el delicado equilibrio entre el espectáculo y la profundidad emocional.
Garfield, conocido por su versatilidad y sensibilidad, reflexionó sobre su papel en We Live in Time. Más que un simple proyecto cinematográfico, la película representó un viaje introspectivo. “Recientemente me inicié en una nueva comprensión visceral de lo jodidamente corta que es la visita a este planeta, a este cuerpo. Y siento esta nueva y loca urgencia”, confesó, revelando cómo la experiencia lo conectó profundamente con la fragilidad de la vida y la urgencia de vivir intensamente. Su papel como 'Tobia's, un recién divorciado, fue descrito por Reynolds como “un acto radical de generosidad”, destacando la honestidad emocional que lo caracteriza.
Mientras tanto, Ryan Reynolds, con su característico humor irónico, abordó el universo de Deadpool y su reciente colaboración con Hugh Jackman en Deadpool y Wolverine. La experiencia, producida por Disney tras la adquisición de 20th Century Fox, fue un desafío: mantener la irreverencia del personaje mientras se navegaba el complejo panorama de un estudio gigante. “Parte de mi trabajo es convencer al estudio... de que podemos aterrizar el avión a tiempo”, bromeó, revelando la constante lucha por equilibrar la visión creativa con las demandas comerciales.
Ambos actores, a pesar de sus trayectorias distintas, coinciden en la importancia de crear personajes con alma, historias que resuenen con el público más allá de los efectos especiales y las secuencias de acción. Garfield, tras su paso por la franquicia de Spider-Man, reconoció el aprendizaje personal de cada experiencia, viendo cada paso como una oportunidad para crecimiento. Mientras que Reynolds, con su pragmatismo, afirmó: “Si quiero seguir haciendo esto, tengo que trabajar con ambos lados de la sala”, reconociendo la necesidad de navegar el complejo mundo de la industria.
Para Reynolds y Garfield, el cine va más allá del entretenimiento; es un reflejo de la condición humana, de las luchas, las alegrías, y la búsqueda constante de significado. La vulnerabilidad y la aceptación del fracaso, incluso en el mundo glamoroso de Hollywood, se convierten en pilares del proceso creativo. “No puedes ser excelente en algo a menos que estés dispuesto a ser pésimo en eso”, afirmó Reynolds, una filosofía que ambos actores abrazan plenamente.
El éxito, para ellos, radica en la capacidad de combinar la visión artística con la realidad comercial, de crear historias que sean a la vez entretenidas y profundamente humanas. Una mezcla de superhéroes y seres con sus propias complejidades emocionales.
La conversación entre Reynolds y Garfield, más allá de la promoción de sus películas, ofrece una valiosa perspectiva sobre la industria cinematográfica actual y la búsqueda incesante de una narrativa auténtica y conmovedora.