Esta semana, un nombre resonó en las redes sociales, aunque no por la razón que muchos esperarían. Se trata de Sasha Piqué Mebarak, el hijo menor de Shakira y Gerard Piqué, quien a sus nueve años sorprendió a todos con el lanzamiento de su propia marca: Bad Boyz.
No es un simple proyecto escolar pasajero. Sasha, nacido el 29 de enero de 2015 en Barcelona, ha demostrado una madurez empresarial sorprendente. Su iniciativa, organizada en un bazar navideño escolar dirigido por Adriana Paniagua, Miss Nicaragua 2018, presentó una línea de "joyería masculina, con pulseras y collares de un estilo único", según se aprecia en videos compartidos por su madre. El éxito de la propuesta fue inmediato.
Pero Bad Boyz va más allá de las joyas. La marca también incluye ropa, expandiendo su alcance al mercado de la moda juvenil. Los videos muestran a Sasha con una desenvoltura impresionante, atendiendo a los clientes con una seguridad que ha dejado impactados a los medios, quienes lo describieron como un "verdadero experto en ventas".
Más allá de sus aptitudes empresariales, Sasha también demuestra una notable inclinación por la música, heredada de su madre. En varias ocasiones ha sido visto tocando el piano y la guitarra, e incluso tuvo una participación especial en la canción "Acróstico" de Shakira, un tema que refleja la profunda conexión familiar.
Actualmente estudia en Estados Unidos. Aunque es prematuro definir su futuro profesional, su incursión temprana en el mundo de los negocios es, sin duda, un dato fascinante. Su vínculo con su hermano mayor, Milán, y sus raíces colombianas, son parte fundamental en su formación y desarrollo. La familia, como pilar fundamental, apoya esta nueva aventura empresarial.
La historia de Sasha, más que una simple anécdota, revela la versatilidad y el potencial de una generación dispuesta a romper esquemas y a explorar nuevas posibilidades, demostrando que el éxito no tiene edad.