Una de ellas, ubicada en el 1895 Rising Glen Road, ha vuelto a salir al mercado por la exorbitante cifra de $17,995,000 dólares. Sus 9,400 pies cuadrados, cinco habitaciones y ocho baños y medio, prometen lujo, pero su pasado… su pasado es otro asunto.
La propiedad, renovada completamente en 2024, ha pasado por varias manos. Entre ellas, la de Britney Spears, quien, según testimonios de su ex maquilladora, Julianne Kaye, experimentó sucesos inexplicables. En el podcast We Need to Talk About Britney, Kaye relata las afirmaciones de la cantante sobre sentir "espíritus malignos" intentando empujarla por las escaleras. Una experiencia que la llevó a huir de la mansión.
Pero la historia no termina ahí. En 2003, la residencia pasó a manos de Brittany Murphy y su esposo, Simon Monjack, por $3.85 millones. Esta adquisición marcó el inicio de una etapa trágica. En diciembre de 2009, Murphy falleció en la misma casa a los 32 años, seguida cinco meses después por su esposo, ambos por causas similares: neumonía y anemia. La coincidencia, sumada a especulaciones sobre moho tóxico (descartadas por el forense en 2010), ha envuelto a la propiedad en un aura de misterio.
Las renovaciones de 2024 buscan borrar las huellas del pasado. Pero, ¿se pueden borrar las historias? Los agentes inmobiliarios, David Parnes y James Harris de Carolwood Estates, tienen la difícil tarea de vender una mansión con un pasado tan dramático. Incluso el hecho de que la madre de Brittany, Sharon Murphy, vendiera la casa en 2011 por tan solo $2.7 millones, una fracción de su valor, habla de un peso que la propiedad parecía cargar.
Las declaraciones de Katie O’Grady, actriz que compartió set con Brittany en su última película, Something Wicked, pintan un retrato desolador de los últimos días de la actriz. "No era una persona que estuviera en el mundo para hacer daño... No era una mujer que mereciera esa historia", declaró O’Grady, describiendo a una Murphy frágil y debilitada físicamente.
La mansión de Hollywood Hills, a pesar de su remodelación completa, sigue siendo un enigma. Un lugar donde el lujo se mezcla con la tragedia, y donde la historia persiste, independientemente del precio de venta.