Se ha confirmado que el Rey Carlos III continuará su tratamiento contra el cáncer en 2025. La noticia, confirmada por Fox News Digital y detallada por la revista People, indica que, a pesar de un diagnóstico de cáncer –no especificado– realizado hace casi un año, Su Majestad experimenta una evolución positiva en su estado de salud. Una fuente de Buckingham Palace declaró que el tratamiento del Rey se considera controlado y se extenderá al próximo año.
Mientras el monarca de 76 años continúa su lucha contra la enfermedad, mantiene su agenda pública con viajes programados dentro y fuera del Reino Unido para el nuevo año. Aunque el tipo de tratamiento que recibe permanece sin especificar, Dame Laura Lee, directora ejecutiva de la organización benéfica Maggies (de la cual la Reina Camila es patrona), aclaró que este tipo de tratamientos prolongados son comunes:
"Es muy común que el tratamiento continúe durante períodos muy largos. Al igual que el tratamiento que la Princesa de Gales recibió, que fue un período intensivo de más de un año. Luego llega un punto en el que termina, y ella está en recuperación de algunos de los impactos de su tratamiento. Tenemos inmunoterapia, quimioterapia, cirugía, terapia hormonal. Hay todo tipo de modalidades de tratamiento diferentes. Así que no es sorprendente en absoluto," explicó a Sky News.Este año ha sido particularmente desafiante para la Familia Real. Se supo previamente que la Princesa de Gales, Kate Middleton, también enfrentó un diagnóstico de cáncer, siendo sometida a quimioterapia tras una cirugía abdominal inicialmente diagnosticada como no cancerígena.
La situación se suma a las presiones que ha descrito el Príncipe William como "brutales", refiriéndose al año 2024 como el más difícil de su vida, un año marcado por la muerte de su abuela y la asumición de sus nuevas responsabilidades.
Mientras tanto, el Rey Carlos y la Reina Camila se preparan para sus últimos compromisos públicos antes de Navidad, incluyendo encuentros con voluntarios y representantes religiosos, antes de trasladarse a Sandringham para las celebraciones navideñas. La familia real, a pesar de las adversidades, mantiene la tradición.