El foco de atención: una joven cantante y su interacción (o falta de ella) con un conductor emblemático. La cantante Imelda Garza Tuñón, viuda de Julián Figueroa e integrante de una de las familias más reconocidas del medio artístico gracias a su suegra, Maribel Guardia, fue invitada a Ventaneando, el programa de espectáculos de TV Azteca.
La emisión del programa, ampliamente difundida en redes sociales por la propia cuenta de Ventaneando, mostró la llegada de Imelda al foro. Un detalle aparentemente menor se convirtió en el centro de la polémica: su saludo (o más bien, la ausencia de uno) a Pedrito Sola.
Las imágenes muestran a Imelda saludando cordialmente a Mónica Castañeda y Linet Puente, así como a Ricky, pero ignorando completamente a Pedrito Sola, quien se encontraba junto a ella con la mano extendida para saludarla. La reacción de Pedrito, quien extendió su brazo en un gesto de abrazo antes de ser correspondido con un simple saludo desde su asiento, fue captada por las cámaras.
Este gesto generó una avalancha de comentarios en redes sociales. Algunos ejemplos: "De invitada y de grosera", "Muy odiosa la chamaca", "No saludó a Pedrito Sola, él bien caballeroso y ella bien equis". Otros usuarios la defendieron o minimizaron el incidente, creando un debate aún vigente.
La situación destaca la atención que genera la interacción entre figuras públicas, el peso de las redes sociales en la construcción de la imagen pública y la importancia de la etiqueta en el ámbito profesional. Más allá de los comentarios, el incidente resalta la intrincada dinámica entre tradición y modernidad en el mundo del entretenimiento.