Esa es la atmósfera que evoca una nueva historia familiar, llena de glamour y detalles inesperados.
La nieta de Elizabeth Taylor, Naomi Wilding, hija de Michael Wilding Jr., el primogénito de la actriz y Michael Wilding, su segundo esposo, ha compartido con People una anécdota inolvidable. Una Navidad en la que la joven Naomi, debido a la enfermedad de su madre, se refugió en la casa de su abuela en Los Ángeles. Fue un periodo especial, marcado por un despliegue de regalos que trasciende la mera opulencia.
“Recuerdo haberme quedado dormida junto al árbol del salón y despertarme con la vista de docenas de cajas con mi nombre debajo”, cuenta Naomi. Cajas procedentes de Saks Fifth Avenue, repletas de tesoros: “Un camisón y un batín de seda de Christian Dior, vestidos de YSL, Chanel y Dior, además de chaquetas y conjuntos de Saks. Todos exquisitos y completamente imprácticos para la vida rural a la que regresaría, pero los adoraba”.
El contraste entre el lujo desbordante de los regalos y la sencillez de su vida cotidiana en el oeste de Gales es notable. Para transportar su nuevo guardarropa, Naomi tuvo que comprar un baúl. Sin embargo, la historia no termina ahí. Los exquisitos atuendos, a medida que Naomi crecía, fueron pasando a otras niñas del vecindario, "a pesar de mis protestas", añade con una sonrisa nostálgica. Un gesto que refleja la generosidad que marcó la vida de su abuela.
Esta anécdota navideña nos permite vislumbrar la personalidad de Elizabeth Taylor, más allá de su carrera y sus turbulentas relaciones amorosas (ocho matrimonios con siete hombres). Su vida, un torbellino de amor y tragedia, incluyó cuatro hijos —Michael, Christopher, Liza y Maria— quienes a su vez le dieron diez nietos, entre ellos Naomi. Una vida que la llevó a fundar la Elizabeth Taylor AIDS Foundation, una organización que continua su legado filantrópico.
Naomi, que reside en Los Ángeles desde el año 2000, ha seguido los pasos de su abuela en el mundo de la moda y el arte. Co-fundadora de la Wilding Cran Gallery, apoya causas sociales a través de programas de educación artística y trabajo filantrópico. Una heredera que continúa el legado de una leyenda, no solo en glamour, sino también en generosidad y compromiso social.