Hablamos de Brenda Lee, una leyenda de la música a sus 80 años, quien recientemente ha recibido una placa de Spotify por alcanzar la impresionante marca de mil millones de reproducciones con su icónica canción. Un logro que, sin duda, la posiciona como una reina indiscutible de la Navidad.
Pero la historia tras este éxito va mucho más allá de las cifras. Brenda, en una entrevista con Southern Living, ha compartido detalles conmovedores sobre su infancia en la rural Georgia. Creció en una familia humilde, con su madre como cabeza de familia tras la muerte de su padre en un accidente laboral cuando ella apenas tenía ocho años.
“Mi mamá lo manejó todo muy bien, y creo que lo hizo por nosotras. Nunca supimos que éramos pobres”, reveló la cantante. Esta perspectiva, tan alejada de la imagen de la superestrella que hoy conocemos, nos ofrece una mirada íntima a sus raíces. Su infancia, marcada por la escasez económica, fue mitigada por la resiliencia familiar y el apoyo de su comunidad.
Brenda recuerda con cariño la habilidad culinaria de su madre y la generosidad de una vecina afroamericana que siempre les ofrecía comida cuando la situación se tornaba difícil. “Si teníamos hambre, íbamos a su casa, para que mamá pudiera ganar suficiente dinero para comprar comida. Yo creía que era divertido, no sabía que no teníamos dinero”, confiesa la artista. Un detalle que revela la inocencia infantil ante la adversidad.
La ironía reside en que esta joven que, sin comprender del todo su situación económica, disfrutaba de las visitas a la casa de su vecina, se convertiría en una estrella global gracias a una canción grabada a la tierna edad de 13 años. Una canción compuesta por Johnny Marks, el mismo compositor de otros clásicos como Rudolph the Red-Nosed Reindeer y A Holly Jolly Christmas.
El video que Brenda compartió en Instagram, donde utiliza su placa de Spotify como plato para galletas navideñas, es una muestra de su carisma y buen humor. Una imagen que refleja la humildad de una artista que ha alcanzado la cima del éxito, sin olvidar jamás sus orígenes.
El impacto de Rockin’ Around the Christmas Tree trasciende generaciones, convirtiéndose en un himno navideño universal. Un legado musical forjado en la sencillez y la perseverancia, reflejo de una vida que, a pesar de las dificultades, se ha visto colmada de éxitos.