Pero hay quienes la utilizan para reinventarse por completo, borrando las líneas entre la imagen pública y la interpretación.
Este año, la industria se prepara para un estreno que promete ser impactante: el remake de Nosferatu, dirigido por Robert Eggers y con fecha de lanzamiento para el 25 de diciembre de 2024. Y en el centro de la tormenta se encuentra una actriz que ha decidido desafiar las expectativas.
Hablamos de Lily-Rose Depp, quien, lejos de su habitual estilo glamuroso, se adentra en las sombras para interpretar a Ellen, una heroína gótica atormentada que comparte pantalla con pesos pesados como Willem Dafoe y Bill Skarsgård. Esta no es una simple transformación física; es una inmersión total en un personaje complejo y vulnerable.
Para dar vida a Ellen, una joven descrita como "conectada con la naturaleza y presa de un demonio interior", Depp ha realizado una preparación extrema. Más allá de los cambios estéticos (una larga cabellera negra, tez pálida, ojeras pronunciadas), la actriz ha explorado el butō, una danza japonesa que le permitió expresar la fragilidad y la posesión carnal de su personaje. Además, se sumergió en el estudio de la histeria femenina del siglo XIX, añadiendo capas de profundidad a su interpretación.
En una entrevista con Konbini, Depp comentó sobre el cambio radical entre su papel en The Idol y el de Ellen en Nosferatu, describiéndolo como un "cambio drástico, inicialmente inquietante, pero finalmente relajante y refrescante." La oportunidad de explorar un rol tan diferente la cautivó.
Las primeras reacciones de la prensa estadounidense son sorprendentes. Aunque hay opiniones divididas sobre la película en sí, la actuación de Depp recibe elogios unánimes. Comparada con la icónica interpretación de Isabelle Adjani en Possession, su trabajo se destaca por su intensidad, desde ataques histéricos hasta escenas de violencia física extrema. Algunos críticos incluso la ven como una fuerte candidata a una nominación al Oscar.
Con este papel, Lily-Rose Depp deja atrás la etiqueta de “it-girl” o “hija de…”, consolidándose como una actriz con un talento excepcional, audaz y decidida a reinventarse continuamente. Su Ellen en Nosferatu no solo es una heroína gótica; es un testimonio de la dedicación y el talento de una artista que está dispuesta a ir más allá.