Kate Middleton, la Princesa de Gales, estuvo radiante. Acompañada por su esposo, el Príncipe William, y sus tres hijos: el Príncipe George, la Princesa Charlotte y el Príncipe Louis, la familia real proyectó una imagen de unidad, a pesar de un año que, según sus propias palabras, ha sido "brutal".
Su elegante abrigo verde Alexander McQueen, complementado con un tocado y guantes a juego, no pasó desapercibido. La princesa interactuó con la multitud, aceptando flores y compartiendo breves conversaciones con los niños, demostrando su cercanía con el pueblo. Este gesto de cercanía contrasta con el hermetismo que rodeó parte del año.
Recordemos que a inicios de año, el Palacio de Kensington anunció que Kate Middleton se sometería a una cirugía abdominal, ausencia que generó especulaciones en los medios. Meses después, la princesa aclaró la situación al revelar un diagnóstico de cáncer, noticia que coincidió con la divulgación del tratamiento oncológico del Rey Carlos III por un problema de próstata.
A pesar de las dificultades, Kate realizó algunas apariciones públicas limitadas: durante el desfile de cumpleaños del rey en junio y en la final masculina de Wimbledon en julio, donde recibió una ovación de pie. En septiembre, anunció el final de su quimioterapia, expresando en un video su determinación de recuperarse "día a día". Su aparición en el concierto navideño "Together at Christmas" en diciembre, donde se le vio visiblemente emocionada, fue un testimonio más de su fuerza y resiliencia.
En una entrevista concedida en noviembre, el Príncipe William describió el año como "el más difícil de mi vida", destacando la fortaleza de su esposa y su padre ante las adversidades familiares. Sus palabras reflejan un año marcado por desafíos personales que, sin embargo, no opacaron el espíritu navideño de la familia real británica.
La imagen de la familia real completa en la tradicional caminata navideña, representa un mensaje de esperanza y unidad, contraste con los desafíos que enfrentaron durante el transcurso del año.