La especulación corrió como reguero de pólvora, alimentando la incertidumbre en redes sociales y programas de televisión.
El nombre que resonó en los pasillos de la farándula fue el de Paty Navidad. Un reporte inicial, difundido por Gustavo Adolfo Infante en su programa de YouTube, mencionaba la posibilidad de un tumor cerebral, información que según él, le llegó a través de Adis Tuñón, quien supuestamente tuvo contacto con la familia de la actriz. Infante incluso sugirió que la participación de Navidad en "La Casa de los Famosos" podría estar motivada por necesidades económicas derivadas de este supuesto padecimiento. La noticia, presentada con un tono alarmante, rápidamente se viralizó.
Sin embargo, la propia Paty Navidad salió al frente a aclarar la situación en una entrevista con Ventaneando. Desmintió categóricamente la información sobre el tumor cerebral, ofreciendo una perspectiva diferente a la que se había difundido inicialmente. Su aclaración, aunque tranquilizadora para muchos fans, no dejó de ser reveladora.
Navidad confirmó haber padecido un prolactinoma, un tumor benigno en la hipófisis. “Es un prolactinoma que, efectivamente, está en la hipófisis”, explicó. Detalló que este tumor, no maligno, se relaciona con una sobreproducción de prolactina, hormona que suele aumentar durante el embarazo. En su caso, la afección se debió a altos niveles de estrés, un problema que, según confesó, la ha afectado profundamente a lo largo de su vida.
La actriz añadió que este prolactinoma fue tratado con medicamentos hace años y ya está completamente resuelto. Además, mencionó que en el pasado ha recibido tres diagnósticos de estrés postraumático, un factor que, según ella, contribuyó al desarrollo del prolactinoma. La revelación de sus problemas de salud, aunque distintos a los inicialmente reportados, brindó una mirada a las complejidades de su vida personal y profesional.
La situación nos deja con una lección: la importancia de la verificación de la información, especialmente en el ámbito de las noticias de celebridades. La rapidez con la que se propaga la información en la era digital exige una mayor responsabilidad por parte de todos, desde los medios de comunicación hasta los usuarios de redes sociales.