El éxito rotundo de la serie, con más de 142 millones de espectadores en sus primeras cuatro semanas en Netflix, eclipsó a otras producciones como Bridgerton. Pero ¿qué hay detrás de esta asombrosa cifra? Mucho más allá de la trama adictiva y los giros inesperados, la producción requirió una planificación meticulosa, con detalles que impactarán a los fans más acérrimos.
La producción, inicialmente con el nombre tentativo de Round Six y posteriormente Squid Game: Play To Die, finalmente se consolidó como El Juego del Calamar. Esta decisión, junto con otras estratégicas, configuró el impacto global que hoy conocemos.
Para contener costos, toda la filmación se realizó en Daejeon, una ciudad cercana a Seúl. A pesar de esta medida, la inversión fue considerable: 19 millones de dólares, según Bloomberg, cifra que se explica por la construcción de sets reales, rechazando el uso extensivo de CGI. El impactante set del juego "Luz roja, luz verde", con su enorme muñeca mecánica, sorprendió incluso a los actores.
- "Lo que más me sorprendió fue que pensé que harían el árbol y la muñeca enorme con CGI o VFX... pero cuando llegué allí, estaba allí. ¡Funcionaba mecánicamente!" - Lee Jung Jae.
La producción implicó una logística compleja; solo para la escena de "Luz roja, luz verde" se necesitaron 400 extras. Incluso se presentaron inconvenientes como alergias en algunos actores debido a los uniformes usados, descritos por el director Hwang Dong-Hyuk como "ropa de gimnasio vieja".
Más allá de las dificultades de producción, existen detalles fascinantes: los juegos estaban sutilmente anticipados en las paredes del dormitorio; la muñeca gigante del primer juego ahora forma parte de una exhibición museística; el aterrador juego del puente de vidrio, filmado con vidrio real, causó auténtico miedo en el elenco; y la estética de las instalaciones se inspiró en obras de M. C. Escher y el arquitecto Ricardo Bofill.
La serie también refleja la vida personal del director; el personaje de Cho Sang-woo se inspiró en las experiencias del propio Hwang Dong-Hyuk en la Universidad Nacional de Seúl. La actriz Jung Ho-yeon, con pasado en el modelaje para marcas como Chanel y Louis Vuitton, debutó en la actuación con este papel, y compartió una estrecha amistad con Lee Yoo-Mi durante la producción.
Finalmente, el diseño de las máscaras de los guardias, inicialmente concebidas como uniformes de Boy Scouts, evolucionó a la iconografía geométrica actual, con círculos para obreros, triángulos para soldados y cuadrados para gerentes, inspirándose en la estructura jerárquica de una colonia de hormigas.