La protagonista de esta anécdota, una figura icónica de la pantalla grande con una trayectoria que abarca más de dos décadas y un Oscar en su haber, es Anne Hathaway. Su experiencia, revelada durante la promoción de su último proyecto, "La idea de ti", es un relato que nos remite a la década de los 2000, un periodo en el que, según la actriz, ciertas prácticas en los castings se consideraban normales, aunque hoy en día resultan, en sus propias palabras, "asquerosas".
Hathaway detalla cómo, durante una audición para una película no especificada, se le solicitó besar a diez hombres diferentes en un mismo día. ¿La justificación? Probar "química". "Me dijeron: 'Hoy vienen 10 muchachos y tú ya estás elegida. ¿No estás emocionada de besarte con todos ellos?' Y pensé: '¿Hay algo malo en mí?', porque no estaba emocionada. Pensé que sonaba asqueroso", recuerda la actriz.
El miedo a ser etiquetada como "difícil" y, por consiguiente, perder oportunidades, la llevó a fingir entusiasmo. Una situación que, a la luz de su experiencia, define como reflejo de una época diferente, donde la percepción de la búsqueda de la química entre actores estaba notablemente distorsionada. Esta práctica, lejos de ser un indicador real de compatibilidad, se basaba en una evaluación superficial y, francamente, inapropiada.
Esta anécdota contrasta fuertemente con la metodología empleada en "La idea de ti". Para encontrar la pareja ideal para Hathaway, se optó por una prueba de cámara más natural y respetuosa. Los candidatos debían elegir una canción que creyeran que encajaría con el personaje, y luego improvisar una escena de baile con Hathaway. Este método, que priorizó la conexión emocional y la interpretación, resultó en la elección de Nicholas Galitzine, un actor con el que la actriz encontró una química auténtica y espontánea. "Nadie se lucía. Nadie intentaba conseguir el trabajo. Estábamos simplemente en un espacio bailando. Miré y Michael Showalter, nuestro director, estaba sonriendo. ¡Química!", recuerda Hathaway.
La historia de Hathaway no solo sirve como un ejemplo de las prácticas cuestionables del pasado, sino también como una reflexión sobre la evolución de la industria. La experiencia de Hathaway, junto a los testimonios de otras actrices a través del movimiento #MeToo, evidencian la necesidad de una mayor profesionalización y respeto en los procesos de casting, donde la química entre actores debe buscarse a través de métodos éticos y respetuosos.
La búsqueda de la química, ese "dolor de cabeza de Hollywood," como lo define la actriz, debería centrarse en la autenticidad y la conexión emocional, en lugar de prácticas incómodas y potencialmente dañinas para los actores involucrados. El enfoque de Hathaway en "La idea de ti" es un ejemplo de cómo se puede lograr una conexión auténtica sin recurrir a tácticas cuestionables.