La pérdida de un ser querido, especialmente en fechas tan significativas, deja una huella imborrable.
La noticia del fallecimiento de la cantante Dulce, a los 69 años, conmocionó al país. Su partida, ocurrida el 25 de diciembre, generó diversas reacciones y especulaciones, especialmente en torno a la ausencia de un funeral público y la cremación inmediata de sus restos. Pero la tragedia no terminó ahí.
Diez días después, un nuevo golpe azotó a la familia. Romina Mircoli, hija de la fallecida cantante, compartió a través de sus redes sociales la noticia del deceso de su abuela paterna, Emi. "El día de hoy recibo nuevamente otra noticia que volvió a golpearnos, no me he ni podido secar las lágrimas de mi mamá y esta mañana recibo la llamada de que mi abuelita Emi se nos fue, no hay palabras," escribió Romina, en un post que acompañó con una fotografía de su abuela soplando una vela de pastel.
Romina, de 39 años, ha preferido mantener un perfil bajo ante la magnitud de las pérdidas. Sin embargo, la joven ha sido objeto de críticas y especulaciones en redes sociales, algunas de las cuales sugieren una relación compleja entre ella y su madre. Se han difundido rumores sobre posibles conflictos, incluso llegando a mencionar presuntos altercados físicos entre madre e hija, relacionados con decisiones profesionales de la cantante y su herencia.
En un intento por aclarar la situación, Eduardo Acosta, amigo cercano de Romina, declaró a Ana María Alvarado que la joven se encuentra devastada por las pérdidas y que las especulaciones sobre una mala relación con su madre son falsas. Acosta aseguró que "Romina acompañó a Dulce durante toda su hospitalización y quedó destrozada por su muerte. Ella misma dijo: '-la verdad yo esperaba salir con mi madre y me estoy yendo de aquí sola'".
Los detalles sobre la edad de Emi Mircoli al momento de su fallecimiento, así como las circunstancias exactas que rodearon su muerte, no han sido revelados públicamente. La familia, comprensiblemente, prefiere guardar privacidad en este momento de profundo dolor.
La sucesión de acontecimientos ha dejado una profunda tristeza y ha generado interrogantes sobre la vida privada de la familia, la cual, ante la magnitud del dolor, ha optado por la discreción.