El foco de atención se centra en Sarah Ferguson, duquesa de York y exesposa del príncipe Andrés. La mujer de 65 años, conocida cariñosamente como "Fergie", ha estado residiendo en Royal Lodge, ubicada en los terrenos del Castillo de Windsor, junto a su exmarido desde 2004.
Según el corresponsal real Richard Mineards, del Montecito Journal (el periódico local del príncipe Harry y Meghan Markle), la situación tomó un rumbo sorprendente. Mineards relata que durante una entrevista, le preguntó a Fergie, considerando su nuevo contrato de $620,000 dólares, si finalmente se mudaría de Royal Lodge, la antigua residencia de la Reina Madre. “Ella claramente no se divirtió con mi pregunta y salió de la habitación”, escribió Mineards en su columna.
La reacción de Fergie no pasó desapercibida. Lord Piers Wedgwood, según Mineards, consideró la pregunta “perfectamente razonable” dado el nuevo contrato de la duquesa. El incidente no terminó ahí. Más tarde ese mismo día, en un evento de caridad organizado por Fergie y James Ogilvy, Fergie habría "huido" al otro lado de la habitación al ver a Mineards. “James se dio cuenta y me preguntó qué había pasado. Le expliqué lo del incidente en la entrevista y puso los ojos en blanco”, añadió Mineards.
Este episodio se enmarca dentro de la larga disputa entre el príncipe Andrés y el rey Carlos por Royal Lodge. Una disputa que, según se rumorea, comenzó hace años, intensificándose tras la vinculación del duque con el difunto financiero Jeffrey Epstein. El rey ha intentado en varias ocasiones que Andrés se mude a una propiedad más pequeña, pero hasta ahora, gracias a un misterioso inversor, tanto él como Sarah Ferguson continúan residiendo en la lujosa propiedad. Las hijas de la pareja, las princesas Eugenie (34 años) y Beatrice (36 años), observan de cerca este tenso escenario familiar.
El incidente deja en el aire la incertidumbre sobre el futuro de la pareja en Royal Lodge, agregando un nuevo capítulo a la compleja saga de la familia real británica.