Este es el caso de una joven pareja que ha acaparado la atención de los medios recientemente.
Grace Keeling, conocida como GK Barry en el mundo del entretenimiento, participó en un reality show de gran popularidad en México. Durante su estancia, su novia, Ella Rutherford, esperaba ansiosamente su regreso. La espera, sin embargo, estuvo llena de incertidumbre y momentos tensos, como la anécdota que desató un revuelo en las redes sociales.
Al regresar del programa, GK y Ella se reencontraron en un puente, un encuentro televisado que no salió como lo planeado. “Intenté mantener la compostura, pero en realidad estaba en el infierno,” confesó Ella en el podcast de GK, “Saving Grace”. El nerviosismo era palpable; "Tuve que agarrarme de la barandilla porque pensé que se iba a derrumbar debajo de mí", reveló Ella, describiendo la escena con detalles vívidos. El esperado beso, según Ella, fue “un beso muy incómodo”.
Los detalles del encuentro no terminaron ahí. GK admitió haber averiguado la llegada de Ella a través de la producción del programa, lo que arruinó la sorpresa. La tensión, sin embargo, no opacó por completo el reencuentro. “Ese fue el mejor día de mi vida, realmente,” dijo Ella con cariño, a pesar de la torpeza del momento.
Pero la historia no se limita a este episodio. Antes de su participación en el reality, GK mantuvo en secreto su relación con Ella durante meses. La revelación pública de su noviazgo, inclusive con un sutil homenaje en sus uñas – una pequeña “E” en la uña donde llevaría un anillo de bodas – añadió un toque de intriga a la narrativa. El apoyo de sus padres, quienes inicialmente desconocían la relación, se suma a la historia, mostrando un lado más personal y tierno.
GK, previamente, tuvo una relación con el influencer Billy Hunt, a quien conoció a través de Joe Baggs de Gogglebox. Esta relación anterior, junto con sus reflexiones sobre su orientación sexual en el podcast “Young Fillys”, “Siento que me equivoqué mucho con los hombres. Ya no me gustan los hombres. Nunca volveré con un hombre. Dios no lo quiera. Sí, simplemente me encanta. Me encanta. Siento que tengo energía. Siento que brillo. Es el brillo lésbico. Lo tengo. Y sí, esa es la actualización de mi vida.”, completa el contexto de su presente amoroso.
La historia de GK y Ella es una muestra de cómo la vida privada, incluso para figuras públicas, puede ser un terreno complejo, lleno de momentos de alta intensidad y también de gran ternura.