Una historia de contrastes que refleja la complejidad de las rupturas en la vida moderna.
Molly-Mae Hague, la influencer, retoma sus actividades profesionales tras las fiestas decembrinas. El jueves, se le vio elegante y abrigada con un largo abrigo negro y bufanda, gafas aviador y su cabello rubio recogido, dirigiéndose a su oficina en Cheshire. Su imagen, una muestra de serenidad en medio de la tormenta personal que ha vivido.
Por otro lado, Tommy Fury, su ex prometido y boxeador, fue visto el viernes en el gimnasio, enfundado en ropa deportiva y una chaqueta acolchada. Una imagen que contrasta con la emotividad expresada por Molly-Mae en redes sociales.
En sus historias de Instagram, Molly-Mae compartió con sus seguidores un emotivo balance del año pasado: "Feliz Año Nuevo a todos. He intentado escribir cómo me siento sobre 2024, pero honestamente, no encuentro las palabras. Ha sido un torbellino, me ha dado algunos de los momentos más altos, pero también algunos de los más bajos. Ha sido una gran montaña rusa emocional, por decir lo menos."
La separación, que tuvo lugar el día de Navidad, incluyó un acuerdo de custodia compartida de su hija Bambi, de 23 meses. Esta situación, según relata Molly-Mae, ha sido especialmente compleja. La influencer ha expresado sentirse agradecida por el apoyo recibido, y proyecta un 2025 con optimismo, dedicado en gran medida a su pequeña hija, a quien considera la luz de su vida.
Tommy, por su parte, compartió una fotografía con Bambi en sus hombros, acompañada del siguiente mensaje: "Esta pequeña me mantiene en marcha cada día. 2024… fuiste duro y me enseñaste mucho. Estoy más que listo para entrar en un nuevo año y continuar trabajando en mí mismo." El apoyo incondicional de Bambi se presenta como un factor crucial en su proceso de sanación.
La Navidad, según confesó Molly-Mae en un video de YouTube, fue particularmente emotiva: "Ha sido una montaña rusa emocional esta Navidad, como sabía que sería, y está bien," admitió entre lágrimas, describiendo como la primera Navidad triste de su vida, a pesar de la compañía de su familia, a quienes agradeció profundamente su apoyo incondicional.
La familia, especialmente su hermana Zoe, jugó un papel crucial en superar el difícil momento navideño. La solidaridad familiar se convirtió en el pilar fundamental para sobrellevar la tristeza y celebrar un final de año a pesar de la separación.