Paulo Quevedo y Cristina Porta, dos participantes que inicialmente parecían conectar en medio de la dinámica del programa, se han visto envueltos en un escándalo que involucra audios filtrados y acusaciones mutuas de infidelidad y manipulación. La controversia ha escalado rápidamente, reavivándose con el anuncio de la temporada All-Stars.
Un amigo cercano a Maripily, involucrada de alguna manera en esta situación, filtró audios de Paulo donde expresa sus sentimientos hacia Cristina: “Efectivamente como dices, sí estaba muy enamorado de ella… Estoy muy dañado. Estoy muy mal moralmente.” Sin embargo, sus palabras giran rápidamente hacia la crítica, acusándola de infidelidad y falta de empatía: “Es una mitómana, es una mentirosa… promiscuidad a todo lo que da”. Las declaraciones de Paulo, cargadas de resentimiento y reproches, rápidamente se volvieron virales.
Lejos de permanecer callada, Cristina Porta respondió en una transmisión en vivo. Su versión contrasta notablemente con la de Paulo. Ella admite una relación, pero destaca la mentira de Paulo sobre su situación sentimental: él le aseguró que estaba soltero, hecho que resultó ser falso cuando la madre de su hijo apareció en el programa para apoyarlo. Cristina afirma haber terminado la relación al descubrir la verdad, recalcando su negativa a ser una “Ángela Aguilar” en una relación con un hombre casado.
La decisión de Cristina de no participar en “La Casa de los Famosos All-Stars” no es arbitraria. Ella revela dos factores decisivos: la posible participación de su exnovio, Luca Onestini, y la inclusión de Paulo, impulsada, según ella, por las revelaciones del propio Paulo a la producción. Esta situación la deja en una posición incómoda, con dos exparejas en un mismo programa.
Cristina relata una serie de episodios que definen la relación como tóxica:
- Control y espionaje por parte de Paulo.
- Celos compulsivos y acusaciones infundadas.
- Amenazas veladas de Paulo hacia Cristina.