El popular Luisito Comunica, influencer con millones de seguidores, se convirtió inesperadamente en el centro de la controversia. Su experiencia, relatada a través de un video en Instagram, detalla un viaje en taxi de apenas 20 minutos, con un costo exorbitante: dos mil pesos. Su reacción, expresada con evidente indignación, no dejó indiferente a nadie: “Estoy impresionado con toda la mafia de los taxis aquí. Por un trayecto de 20 minutos me cobraron 2 mil pesos. Así son todos de ratas o ¿qué? Esto necesita regulación”, comentó.
La publicación del influencer se viralizó rápidamente, generando un aluvión de comentarios y opiniones divididas. Muchos apoyaron su denuncia, exigiendo una mayor regulación del sector del transporte en Cancún. Sin embargo, la historia dio un giro inesperado.
El Sindicato de Choferes, Taxistas y Similares del Caribe “Andrés Quintana Roo” emitió un comunicado para aclarar la situación. Según Michel Díaz Váldez, secretario general interino del sindicato, el servicio utilizado por Luisito no correspondió a un taxi tradicional, sino a una unidad de transporte privado con permisos federales que opera en la zona del aeropuerto. El sindicato enfatizó que las declaraciones del influencer, aunque reflejan una experiencia negativa, podrían perjudicar la imagen de los taxistas locales que operan legalmente.
El comunicado del sindicato resalta la preocupación por la posible generalización negativa hacia todos los taxistas de Cancún, afectando no solo su reputación, sino también la imagen del destino turístico en su conjunto. Se destaca la necesidad de distinguir entre los servicios de transporte que operan bajo diferentes regulaciones.
Este incidente plantea interrogantes sobre la necesidad de una mejor información para los turistas y la transparencia en los servicios de transporte en Cancún. La polémica generada por la experiencia de Luisito Comunica, lejos de resolverse, abre un debate crucial sobre la regulación y la percepción pública del sector en una zona turística tan importante para México.