Pensemos en el impacto de un diseño: el vestido Dior que
Nicole Kidman lució en los Óscar de 1997, diseñado por John Galliano, un ejemplo paradigmático. Según Lucy Bishop, experta en moda de Sotheby’s, este evento marcó un hito en la relación entre las casas de moda y las celebridades. Sin embargo, la historia de la mayoría de las prendas no es tan gloriosa.
Una vez que termina el evento, el proceso es meticuloso. Primero, una cuidadosa limpieza. Luego, el almacenamiento. The Wardrobe, un estudio dirigido por Julie Ann Clauss, es un ejemplo de esta labor. Con más de 100,000 piezas bajo su cuidado, el estudio mantiene las prendas en condiciones estrictamente controladas, previniendo cualquier daño. Se utilizan técnicas especializadas para asegurar la conservación de las telas, bordados y otros detalles.
Pero el ciclo de vida de estos atuendos va mucho más allá del armario. Su influencia se extiende a:
- Archivos especializados: Documentando la historia de la moda.
- Museos: Exhibiendo piezas icónicas como obras de arte.
- Subastas: Ofreciendo a coleccionistas la posibilidad de adquirir piezas únicas.