Keira Knightley, a punto de cumplir 40 años y con casi tres décadas de carrera en Hollywood, es un ejemplo fascinante. Su colaboración con la estilista Leith Clark ha dado como resultado un vestuario coherente y fiel a su identidad, como se pudo apreciar en su aparición en los Globos de Oro de este año.
Su elección: un elegante vestido de terciopelo negro, hecho a medida por Chanel, con un precioso escote en 'V' bordado con lentejuelas y un gran lazo. Este diseño, si bien se inspiró en su papel en el thriller de Netflix, Palomas negras (de ahí el cinturón de plumas sobre la falda imperio), refleja la continuidad estilística que la caracteriza.
Desde que fue nombrada embajadora de la línea de belleza de Chanel en 2007, la actriz ha mantenido una estrecha relación con la maison. Si bien su armario incluye otras marcas, su predilección por Chanel es evidente. Los cuellos canesú, los vestidos babydoll, las faldas de bailarina y los bordados florales son constantes en sus elecciones. Un ejemplo palpable es un vestido de la colección Alta Costura Otoño/Invierno 2023-2024 de Chanel que recientemente lució.
Otro look memorable fue un conjunto nupcial de tweed con capa de encaje, perteneciente a la colección Alta Costura Primavera/Verano 2020 de Chanel. Lo usó en el estreno de su película Rompiendo las normas en 2020, completando el look con accesorios Chanel, desde el cinturón satinado hasta las sandalias y las camelias en oro blanco con diamantes. Esta coherencia estética trasciende las piezas individuales, creando una narrativa visual continua.
Pero el estilo de Knightley no se limita a la opulencia. La actriz también abraza la sencillez, siempre dentro de una estética romántica y distintiva. Firmas como Erdem, Valentino y Rodarte, además de Chanel, comparten su filosofía estética, caracterizada por tonos pastel, brocados y motivos florales, alejándose de colores llamativos o tejidos lisos.
Desde un vestido de Alta Costura de Chanel con flores de tul tridimensionales en Venecia 2012 (modernizado con un cinturón metálico), hasta un delicado vestido de gasa y seda blanca en el estreno de Piratas del Caribe 2 en 2006, cada aparición es una muestra de su coherente visión de la moda. Incluso su vestido de novia, un diseño de Karl Lagerfeld originalmente pensado para otra ocasión, refleja su predilección por la estética romántica y la reinterpretación de piezas clásicas.
Su estilo, que podría describirse como “la chica parisina de ensueño”, ha sido magistralmente plasmado en diversas apariciones, como en el Festival de Cine de Venecia de 2007, donde un vestido de tul de Chanel Haute Couture la convirtió en una auténtica princesa de cuento de hadas. Un estilo personal y perdurable que trasciende tendencias.