El foco se centró en Luis Arturo Villar, más conocido como Luisito Comunica, un influencer con una enorme base de seguidores. Su reciente viaje a Cancún tomó un giro inesperado. En un video viral, narró un incidente que rápidamente desató una ola de reacciones. Detalló un viaje corto, de apenas 20 minutos, desde el Aeropuerto Internacional de Cancún hasta su hotel, que le costó la sorprendente cifra de 2,000 pesos.
La denuncia del popular youtuber no solo se enfocó en el alto costo del viaje. Luisito Comunica lo describió como una experiencia que ejemplifica un problema más grande: “una mafia de taxis”, según sus propias palabras. Aseguró que el chofer le explicó que las tarifas estaban impuestas por los jefes de la empresa Cabsi, dejando entrever una falta de regulación y control.
Este incidente no pasó desapercibido. Llegó a oídos de las más altas autoridades, incluyendo a la Presidenta Claudia Sheinbaum. En la conferencia matutina del 9 de enero, la mandataria reconoció la importancia del trabajo de los taxistas, pero recalcó la necesidad de que los cobros respeten la normativa vigente. “Hay que cobrar lo que se debe”, afirmó Sheinbaum, anunciando una investigación para esclarecer el caso y asegurar que se tomen medidas para evitar que situaciones similares afecten la imagen turística de México.
La declaración de Sheinbaum profundizó en la regulación del transporte público, explicando que las tarifas dependen del tipo de concesión, ya sea estatal o federal. Este detalle crucial puso en perspectiva la complejidad del asunto, y las diferentes maneras en que opera el sistema de taxis en el país.
Las redes sociales se incendiaron tras la publicación del video de Luisito Comunica. Los comentarios fueron diversos, con residentes de Cancún expresando diferentes opiniones, algunos respaldando la queja del influencer y otros defendiendo al sector taxista, recalcando que no todos los servicios operan de la misma manera.
El incidente generó una discusión sobre la experiencia turística en Cancún, poniendo en relieve la necesidad de una regulación efectiva y transparente en el sector del transporte público. La comparación de Luisito Comunica con ciudades como Nueva York y Tokio, resaltando la disparidad en precios y calidad del servicio, añadió una capa adicional a este debate ya complejo.