Su nombre, sinónimo de campañas publicitarias audaces e impactantes, es Oliviero Toscani. Este reconocido fotógrafo italiano, de 82 años, ha sido hospitalizado en Cecina (Livorno), en la Toscana, debido a complicaciones derivadas de una enfermedad poco común: la amiloidosis.
Esta enfermedad, caracterizada por la acumulación de una proteína llamada amiloide en los órganos, afecta a diversas partes del cuerpo, incluyendo el corazón, riñones, hígado, bazo, sistema nervioso y tracto digestivo, comprometiendo su correcto funcionamiento. La amiloidosis, de diagnóstico complejo y evolución variable, ha ido deteriorando progresivamente la salud de Toscani.
El propio Toscani reveló su padecimiento el pasado agosto en una entrevista con el Corriere della Sera. En ella, describió la experiencia como devastadora: "He vivido demasiado y demasiado bien, estoy muy mimado. Nunca he tenido un jefe, un salario, siempre he sido libre", reflexionó, mencionando la pérdida de cuarenta kilos en un año y la obligada pausa en su prolífica carrera fotográfica. Sus palabras reflejan una profunda introspección ante la fragilidad de la vida, contrastando con la audacia que siempre caracterizó sus campañas.
Toscani, recordado por su trabajo revolucionario para Benetton, donde creó campañas que abordaron temas polémicos como el racismo, la religión y la anorexia, ha dejado una marca imborrable en la industria. Sus imágenes, a menudo provocadoras, fueron objeto de debates y controversias, pero indiscutiblemente, consiguieron captar la atención global y redefinir los límites de la publicidad. Entre sus obras más recordadas se encuentran las campañas que mostraban:
- Una joven con extrema delgadez para concienciar sobre la anorexia.
- Un joven con sida cuya imagen recordaba a Jesucristo.