Coches de lujo surcaban las calles, gente apresurada se dirigía a sus destinos, y en medio de todo ese ajetreo, una figura llamó la atención: una mujer en un conjunto rojo intenso, cargando cubos de pintura.
Se trataba de Kimberley Garner, la estrella de reality shows convertida en exitosa diseñadora de trajes de baño. A sus 33 años, Kimberley no pasa desapercibida. Ese día, lucía un conjunto deportivo de la marca Alo: una chaqueta bomber roja acolchada y leggings del mismo color, combinados con zapatillas blancas Prada. Su cabello rubio, perfectamente liso, completaba un look deportivo pero sofisticado. Y su acompañante, no menos llamativo, era su perro.
La escena, sin embargo, era peculiar. Kimberley, con su estilo impecable, estaba metiendo cubos de pintura en el maletero de su Ferrari California negra. No se trataba de una sesión de fotos, sino de una tarea doméstica: comprar pintura para decorar su nueva casa.
Esta imagen contrasta con la vida social que ha llevado recientemente. Hace apenas dos meses, Kimberley confirmó su relación con William Claeyssens de Tena, un atractivo trader de 30 años. "Nos conocimos a través de amigos la semana pasada, así que esta es nuestra segunda cita," reveló en una entrevista. William, según su perfil de Instagram, divide su tiempo entre Marbella y Londres, y disfruta de actividades como la navegación, el tiro y eventos como el Festival de Goodwood.
Este nuevo romance llega después de una ruptura con el financiero Andreas Anthis, con quien mantuvo una relación el verano pasado. Y, por si fuera poco, Kimberley acaba de comprar una casa en Belgravia, mudándose de su propiedad en Miami. "Simplemente compré una nueva propiedad en Belgravia, así que he estado trabajando durante los últimos dos meses," comentó. "Estoy vendiendo mi departamento en Estados Unidos, así que estoy moviendo mi dinero de EE. UU. a Londres. Amo Estados Unidos, pero amo la cultura británica – somos fabulosos."
Lejos de los dramas televisivos de su pasado en Made in Chelsea, Kimberley se centra en sus negocios y en su vida personal. Una vida que, a juzgar por las imágenes, combina la alta costura con la compra de pintura en una tarde cualquiera en Chelsea.