Pero antes de la noticia principal, recordemos la última aparición pública de este genio: una conexión remota, desde su hogar, a la gala Meditate America del Lincoln Center en Manhattan el pasado 12 de septiembre. David Lynch, a sus 78 años, con su característico cabello blanco y gafas de sol, compartió un discurso conmovedor, un mensaje que resonará mucho más allá de la industria cinematográfica.
David Lynch falleció el jueves pasado, cuatro días antes de cumplir 79 años. Su salud, mermada por un enfisema diagnosticado en 2020, le había confinado a su casa, dependiente de oxígeno suplementario. Aun así, su espíritu creador se mantuvo intacto, como lo demuestra su último mensaje.
Su discurso, una reflexión sobre "la nada" como trascendencia, incluía una fascinante anécdota sobre los Beatles y su viaje a Rishikesh en 1968. Lynch explicó cómo la frase "nothing's gonna change my world", inicialmente interpretada como pesimismo, se convirtió en un canto a la aceptación y a la belleza de la meditación gracias a la perspectiva de John Lennon. Para ilustrarlo, puso a sonar una versión acústica de "Across the Universe".
Tras la música, llegó su mensaje final: "Que todos sean felices. Que todos estén libres de enfermedades. Que la prosperidad se vea en todas partes. Que el sufrimiento no pertenezca a nadie. Paz. - Jai Gurudev." Una plegaria, un deseo, un legado.
Este mismo pasaje, según se ha sabido, aparecía al final de su libro Catching The Big Fish: Meditation, Consciousness, and Creativity, publicado en 2007. Su familia confirmó la noticia a través de Facebook, con un mensaje que refleja la esencia del hombre: "Hay un gran hueco en el mundo ahora que él ya no está con nosotros. Pero, como él diría: 'Mantén tu mirada en la dona y no en el hueco'. Es un hermoso día con sol dorado y cielo azul hasta el final."
La noticia de su muerte ha generado una ola de condolencias de figuras destacadas de Hollywood y la cultura pop, desde Steven Spielberg hasta Kyle MacLachlan, protagonista de Twin Peaks. Lynch, un águila scout de Missoula, Montana, deja cuatro hijos: Jennifer (56), Austin (42), Riley (33) y Lula (12).
Los últimos meses de su vida estuvieron marcados por la evacuación de su casa en Mulholland Drive debido a los incendios forestales. Ironías del destino. Dos meses antes de su fallecimiento, el creador de Twin Peaks había instado a sus fans a abandonar los hábitos nocivos, confesando su propia lucha contra el cigarrillo, un hábito que inició a los 8 años.
Un artista completo, un visionario. Su obra trasciende las pantallas, habitando en la mente de millones. La imagen del maestro, con sus gafas de sol, perdurará como el símbolo de una época dorada del cine.