Robbie Williams, el cantante que llenó estadios en los 90s y que recientemente estrenó su biopic musical, Better Man, ha generado revuelo con sus comentarios sobre Taylor Swift y Madonna. Sus declaraciones, realizadas en entrevistas separadas para SiriusXM, no dejan indiferente a nadie.
Hablando con Ben Harlum en SiriusXM Hits 1, Williams expresó su admiración por la estrella del pop estadounidense: “Amo a Taylor Swift. ¿Quién no la ama, y quién podría no hacerlo?”. Fue más allá, analizando el fenómeno Swift desde una perspectiva única: “Ella está alcanzando niveles sin precedentes. Cuando yo vivía mi momento de omnipresencia, no podía evitar pensar: ‘Esto es locura. Esto me está volviendo loco.’ Y la gente decía: ‘Oh, está loco.’ ‘Sí, lo estoy. Estoy loco ahora mismo, y estoy teniendo una crisis nerviosa.’ La serenidad que ella posee y la forma en que está navegando situaciones muy, muy injustas que le son dirigidas — ella solo es una chica cantando canciones, tratando de entretener a la gente. Obviamente, con gran amor viene gran odio también. Con la omnipresencia, viene la locura y ella lo está navegando todo muy bien, al menos desde afuera”.
Pero las declaraciones de Williams no terminaron ahí. En una entrevista con Andy Cohen, también en SiriusXM, el cantante abordó su pasado con Madonna, reconociendo comportamientos poco amables: "Eso no es lindo de mi parte”, admitió Williams. “La cosa es que, siendo una persona británica de los 90, era como una lucha libre mediática; llenabas un espacio, a veces siendo malo, pero gracioso”. Sin embargo, aclaró: “Adoro, respeto y amo su música, amo todo de ella, todo lo que ha logrado en su carrera. He sido un idiota. Puedo ser un idiota.”
Sus palabras, cargadas de sinceridad y autocrítica, nos dejan pensando en la complejidad de la fama y las presiones de la industria. Detalles como la referencia a su "omnipresencia" y al "precio" de la fama, enriquecen la perspectiva de la situación. La comparación entre su experiencia y la de Taylor Swift, con su manejo de la atención mediática, agrega otra capa a la historia.
El análisis de sus acciones pasadas con Madonna, sin justificarlas, nos ofrece una visión más humana de un artista que alguna vez se proyectó con una imagen determinada.