El 20 de enero, Donald Trump, de 78 años, intentó saludar a su esposa, Melania, de 54, con un beso en la mejilla antes de dirigirse al podio. Sin embargo, un accesorio resultó ser un obstáculo inesperado: el imponente sombrero de ala ancha que Melania lucía, diseñado por Eric Javits, un diseño en color azul marino que se convertiría en protagonista involuntario del día.
El sombrero, de un diseño clásico pero imponente, chocó con la frente de Trump, impidiendo el contacto. El resultado fue un peculiar "beso al aire" que rápidamente se viralizó. Las imágenes, capturadas por numerosos fotógrafos, muestran el divertido momento, con Trump intentando, sin éxito, acercarse a su esposa para un beso tradicional.
El atuendo completo de Melania, un conjunto compuesto por un abrigo, falda y blusa de seda, todos diseñados por Adam Lippes y confeccionados a mano en Nueva York, complementó el sombrero, creando un look que se ha convertido en tema de análisis de expertos en moda.
“La tradición de la investidura presidencial encarna la belleza de la democracia estadounidense, y hoy tuvimos el honor de vestir a nuestra primera dama, la Sra. Melania Trump,” declaró Lippes a la prensa. La elección del sombrero, según Emma McClendon, profesora asistente de estudios de moda en la Universidad de St. John's, es significativa: “Hay algo, de nuevo, muy del viejo mundo, muy tradicional en el uso de un sombrero. Ha habido un retorno del interés en algunos de estos elementos que quizás se han desvanecido del vestuario cotidiano de la mayoría de la gente.”
El evento contó con la presencia de la familia Trump al completo, incluyendo a sus hijos Ivanka, Don Jr., Eric y Tiffany, junto a sus respectivos cónyuges e hijos. También asistieron figuras políticas relevantes como Joe Biden, Kamala Harris, Barack Obama, Bill y Hillary Clinton, y George W. Bush, entre otros.
Durante su discurso inaugural, Trump prometió una "revolución del sentido común" para su segundo mandato. Melania, por su parte, declaró a Fox News sus planes para el futuro: “Estaré en la Casa Blanca. Y cuando necesite estar en Nueva York, estaré en Nueva York. Cuando necesite estar en Palm Beach, estaré en Palm Beach. Mi prioridad es ser madre, ser primera dama y ser esposa.” Su hijo, Barron, estudia en la Stern School of Business de la NYU y reside en la Trump Tower.
El incidente del beso, aunque breve, dejó una huella imborrable en la memoria colectiva, demostrando que incluso en eventos de gran trascendencia, los pequeños detalles, incluso un sombrero, pueden robar el protagonismo.