Su nombre es Lee Jung-Jae, y aunque para muchos su rostro se volvió familiar gracias a El juego del calamar, su historia se remonta mucho más atrás. Antes de interpretar a Seong Gi-hun, el inolvidable protagonista de la serie de Netflix que lo catapultó a la fama internacional, Lee ya era una estrella consolidada en Corea del Sur.
Su incursión en el mundo del espectáculo fue, para sorpresa de muchos, casi accidental. Inició con el modelaje, un desvío inesperado de sus planes iniciales de dedicarse al diseño de interiores. Este giro del destino lo llevó al drama televisivo Sandglass (1995), un clásico coreano que lo consagró como ícono. "Las calles se vaciaban durante su transmisión," recuerdan algunos, "y las reuniones de fans paralizaban el tráfico." Este éxito temprano no solo lo convirtió en un rostro conocido, sino en un símbolo romántico para toda una generación.
Pero, ¿qué lo hace tan especial? Más allá de su carisma en pantalla, Lee Jung-Jae es un artista multifacético. No solo ha brillado en la televisión con más de 30 películas en su haber, algunas de las más taquilleras y aclamadas en Corea del Sur, como The Thieves y Assassination. Su trabajo en el drama romántico de fantasía Il Mare (2000) incluso inspiró el remake de Hollywood, The Lake House, con Keanu Reeves y Sandra Bullock. El thriller New World (2013) es otro ejemplo de su versatilidad, considerado un clásico del cine coreano por su narrativa compleja.
Su ascenso a la fama internacional con El juego del calamar culminó con la obtención del Premio Emmy al Mejor Actor Principal en una Serie Dramática en 2022, convirtiéndolo en el primer hombre asiático en lograr este hito. Este premio, junto con más de 40 reconocimientos, incluyendo la Orden del Mérito Cultural Geumgwan, el máximo galardón cultural de Corea del Sur, refuerzan su impacto significativo en la industria del entretenimiento.
Más allá de sus logros profesionales, Lee es un hombre de negocios astuto, cofundador de la Artist Company, una agencia de entretenimiento que representa a talentos de renombre y participa en la producción de contenido. Su vida personal también es notable, mantiene una relación con Lim Se-ryung, ejecutiva del conglomerado Daesang Group, y ambos son conocidos por su presencia en eventos de alto perfil. En 2022, incluso debutó como director con el thriller de espionaje Hunt, demostrando una vez más su versatilidad y ambición.
Lee Jung-Jae, un nombre que sin duda trasciende fronteras, un ejemplo de cómo la perseverancia y el talento pueden llevar a alguien desde el sueño de ser taxista hasta la cima del estrellato global. Un artista que, con su trabajo, ha dejado una huella imborrable en la cultura popular, tanto en Corea del Sur como en el resto del mundo.