Ryan Reynolds: Apariencia preocupante en evento público tras controversia legal

Entre los asistentes, Ryan Reynolds, el hombre que encarnó a Deadpool, causó revuelo. Su apariencia, según muchos testigos, distaba de su imagen habitual. A sus 48 años, se le vio más delgado de lo usual, con un bronceado artificial que contrastaba con su tez canadiense y una visible tensión. El sudor traspasaba su camisa beige bordada, dejando claro que algo más que el calor de la sala lo afectaba.
Su aparición junto a Hugh Jackman, quien recientemente hizo pública su relación con Sutton Foster tras un matrimonio de 27 años, se convirtió en un punto focal en redes sociales. Reynolds, en un aparente esfuerzo de "resucitar la magia" de la dupla Deadpool & Wolverine, alabó efusivamente a su compañero en el micrófono, con comentarios que oscilaban entre la broma y la genuina admiración: "Me dijeron que esto sería una versión cómica de Los Miserables en un solo hombre… todos dijimos que era una mala idea, ¡pero él siguió adelante!".
Sin embargo, las felicitaciones dejaron un sabor agridulce. Comentarios en Instagram como "Se ve como si no hubiera dormido en días" o "Parece que está pasando por algo", se repitieron insistentemente, reflejando la preocupación del público. Las sospechas se centraron en la batalla legal que mantienen Reynolds y su esposa, Blake Lively, contra Justin Baldoni, director y estrella de la última película de Lively, "It Ends With Us".
Esta batalla legal, que comenzó con una denuncia de Lively ante el Departamento de Derechos Civiles de California contra Baldoni por acoso sexual y represalias en el set, se ha intensificado con demandas cruzadas multimillonarias por difamación y extorsión. La pareja ya solicitó al juez Lewis J. Liman una orden de mordaza para frenar las declaraciones extrajudiciales de la defensa de Baldoni.
Los 750 millones de dólares en juego, las acusaciones de acoso sexual y la intensa cobertura mediática, ha generado un ambiente de tensión palpable que sin duda se refleja en la apariencia pública de la pareja. La imagen de Reynolds en el evento, más allá de un simple comentario sobre su aspecto, se convierte en un espejo que refleja la compleja situación legal que enfrentan.
El intercambio de palabras entre Jackman y Reynolds, aparentemente amistoso, quedó opacado por la percepción generalizada de una estrategia de relaciones públicas en medio de una tormenta perfecta. Mientras la batalla legal continua, queda por verse cómo la imagen pública de la pareja, y particularmente la de Reynolds, se verá afectada a largo plazo. La presentación en Radio City Music Hall podría considerarse tan solo un primer acto en una larga controversia.